top of page

Consideraciones distintas y semejantes sobre López Davis y Lorenzo Martínez

 

 

Tensión figuración-abstracción y expresionismo abstracto

 

Parece indudable que los pintores Juan Carlos López Davis y Lorenzo Martínez tienen en común una singular capacidad expresiva y un dominio del color que dota a sus obras de una significación y una presencia casi abrumadoras. Probablemente por éste o similares motivos se ha hablado entre críticos de arte de una especie de comunión estética en la que participan ambos artistas, puesta de manifiesto por ciertas concordancias en sus manifestaciones pictóricas, entre las que resultan especialmente innegables las relacionadas con los elementos urbanos, así como por el color y la luz. Que muy probablemente tienen que ver con la mediterraneidad de la ubicación de sus estudios y con la preocupación social de sus mentes.

 

Por mi parte, voy a discrepar un tanto de esas opiniones, y a mantener que es más lo que les separa que lo que les une, y que la evolución artística que han experimentado les radicaliza tendenciosamente en sus respectivas maneras de realizar su analítica de la realidad mediante la elaboración de un código de señales pictórico propio, y muy propio, de cada uno de ellos. Radicalización tendenciosa que, si bien en otras manifestaciones de la vida puede resultar dañina, en arte es pura savia vivificadora, generadora y transformadora por la vía de la profundización, de tendencias e ismos que vigorizan la producción artística.

 

De López Davis puede decirse que viene manifestando en sus obras una continua tensión entre figuración y abstracción, resolviéndose en un despliegue dialéctico de formas e informas que sintetiza en una dimensión humana rigurosamente contemporánea y urbana. Dimensión, además, desbordante de pura fuerza expresiva en cada una de sus obras, como corresponde a una capacidad que tiene mucho de basquiática, si se me permite el neologismo.

 

Sus cuadros son escenarios en los que se plasman corrientes, manifestaciones, desesperaciones, temores, anhelos, alegrías, leyendas urbanas, clímax, tiempos perdidos, tiempos ganados, soledades radicales… Aunque la soledad sea siempre singular, singularmente solitaria. De individuos que cada vez lo somos más (entendido esto en el doble sentido de persona y de singular), en la medida en que nuestro mundo se va componiendo a gran velocidad menos de civitas y más de redes. Pero, definitivamente, lo que López Davis muestra es al individuo, con rasgos de individuo, que tiene ambos pies en la calle, aunque su autocaracterización se mueva entre ambas realidades, la calle y la red, que son dos y a la vez son la misma y distinta.

 

Por su parte, Lorenzo Martínez se define claramente por la abstracción y, más aun, por una suerte de expresionismo abstracto extraordinariamente logrado. La abstracción obliga, vaya si obliga, a definir con precisión entre matemática y poética el mundo que despliega en cada obra, dotándole de nuevos significados y referentes. Pero manteniendo siempre el cumplimiento de la obligación de mostrarle como un todo coherente. De ahí la enorme dificultad de hacer buena abstracción, como es el caso de Martínez.

 

Lorenzo Martínez se ha permitido, además, incluir una dificultad añadida, un anclaje en la forma reconocible entre la miríada de informas que retratan su cosmos: en algunas de sus obras hace su aparición la palabra, el mensaje escrito. Con plantilla o al vuelo, y sugiriendo quizá, en este último caso, la grafía balinesa, el graffiti proporciona a la obra de Lorenzo Martínez un inquietante sesgo conceptualmente racionalista y urbano. Pero yo no creo que el graffiti de Martínez urbanice sus obras, sino que más bien refuerza su expresividad proponiendo conceptualizaciones.

 

No obstante, bueno será contrastar opiniones sobre ambos artistas plásticos, incluyendo opiniones autorizadas que muestren consideraciones distintas y semejantes.

 

                                                                                Alvaro Sánchez

                                                                                  arterritory.net

 

 

                                                                            ---

 

 

Bis a Bis: López Davis y Lorenzo Martínez

 

Los dos Jóvenes Artistas, dos personajes afables con una importante sonrisa que manifiesta su optimista mirada de la vida.

 

López Davis y Lorenzo Martínez ponen de relieve en sus gestos pictóricos y sus lenguajes, cada uno muy personal, una gran diferencia con la manera de pintar de muchos artistas jóvenes. Sus planteamientos son distintos entre ellos, pero tienen en común algunos aspectos que nos interesan de manera especial; las diferentes, pero certeras, maneras de tratar los colores cálidos, naranjas, verdes, azules, que en los dos artistas son vibrantes e intensos, que nos transmiten alegría de vivir como en las obras de Lorenzo Martínez. Pero también nos interesa la fuerza que tienen los trabajos de López Davis, bellos grafismos en negro y contrastando con campos de azul o de diferentes blancos. Algunos trazos nos insinúan la forma de algunos números.

 

La fuerza de la tierra, el blanco de la luz de Murcia y el valor que ellos imprimen a sus obras les hacen diferentes a otras muchas estéticas. Destacamos la galería Vanrell por la dinámica de su programación: en sus exposiciones obras de artistas de tono clasicista y en otras, obras de artistas que trabajan en sentido de la modernidad muy riguroso, como es el caso de López Davis y Lorenzo Martínez.

 

                                                                              María José Corominas

                                                                                     Crítica de Arte

 

 

                                                                         ---

 

 

Los microcosmos urbanos de  Lorenzo Martínez

 

Primero la luz, en un tiempo de tinieblas. Águilas es un lugar extraño: una tierra secularmente encerrada en sí misma, ensimismada. Una ciudad que ha ido retrocediendo en muchos ámbitos culturales durante décadas. Puedo afirmarlo porque he sido testigo de ello.

 

Y aquí, en medio de un entorno humano desolado por las crisis (económica, de ética política, de esperanza ciudadana), han brotado flores espléndidas destacando brillantes en el páramo. Una de ellas es el artista Lorenzo Martínez, cuya obra más actual se expone aún en la renovada y mejorada Casa de la Cultura Francisco rabal. (¡Magnífica y luminosa la biblioteca!). Lorenzo Martínez es un joven enjuto, de rasgos serenos y barba luenga, de calmoso ademán y mirada penetrante. Podría haber salido directamente de uno de esos retratos colectivos de poetas y artistas que tanta fortuna tuvieron en la pintura decimonónica preimpresionista.

 

Lorenzo Martínez es un pintor maduro, cuya práctica experimentada contrasta con su juventud cronológica. Da la impresión de haber recorrido tempranamente un largo camino, en pos de su expresión propia.

 

Mucho le debe a ese formidable maestro, aguileño universal, que es Manuel Coronado. Coronado es una extraordinaria y vitalista figura del arte español contemporáneo, del que hay mucho que aprender, y no solo en el ámbito de la creación plástica, sino también en todo lo referente a las calidades humanas que componen la hombría de bien.

 

Lorenzo Martínez ha condensado, decantado y asimilado, a fuerza de trabajo continuado y provechoso, las enseñanzas de su maestro, y ha dado con una mirada propia, con un universo creativo único. No es un eco de nadie, sino un creador que tiene mucho personal que decir.

 

El camino particular de Lorenzo Martínez es, sin duda, la abstracción.

 

Allí, en el ámbito del “arte deshumanizado”, como le gustaba decir a Ortega y Gasset, es donde nuestro pintor se encuentra cómodo, introduciéndose ese gusto por la abstracción incluso en las escasas pinturas figurativas que componen la exposición, en los celajes exquisitos o en las abstracciones volumétricas urbanas a lo Paul Klee que se insertan en sus composiciones.

 

Lorenzo Martínez es, ante todo, un creador de microcosmos. Su “leit motiv” es la construcción de palimsestos urbanos, que podemos figurarnos como lienzos o paños ciegos de muros urbanos, donde el tiempo ha impreso una colorista acumulación de trazos de “graffiti” a modo de estratos de fragmentos de vida, que se suman a las complejas transformaciones que el tiempo provoca, a fuerza de erosiones, oxidaciones, manchas y humedades, en las paredes que los acogen.

 

Es como un proceso alquímico que se representa en los lienzos, en el que asistimos a flujos cromáticos complejos, entre los que se insinúan fragmentos de orden de naturaleza geométrica: cubos, triedros, líneas de fuga, arrastrados y diseminados por los coloridos vórtices predominantes.

 

Siendo la suya una pintura que podríamos aproximar al expresionismo abstracto, no ajena a la exaltación matérica de un Tápies, un Millares o un Saura, hay en ella una intencionalidad que le añade una dimensión profunda y misteriosa.

 

Es la idea de la maraña, de la complejidad inextricable como expresión de un orden indescifrable que desafía a la razón pero seduce al inconsciente.

Así podemos verlo en esos enmarañamientos de cintas, minuciosamente entrelazadas con un notable efecto de profundidad, que emergen de un magma oscuro periférico hacia el centro del cuadro.

 

Así podemos verlo en esos ojos que se muestran en medio del caos, devolviendo al espectador que contempla el cuadro una mirada inescrutable.

 

Así ocurre también en los dibujos a lápiz, que son, según el juicio de quien esto escribe, de lo mejor que se halla expuesto. Lorenzo Martínez es un valor en alza. Puede apreciarse la riqueza del campo expresivo que ha abordado, de inagotables posibilidades. Le deseamos que las explore en un camino fecundo, y que nos siga deparando gratas sorpresas en el futuro.

 

                                                                         José Luis González Cobelo

 

 

                                                                             ---

 

 

Juan Carlos López Davis

 

No podemos afirmar que Davis, como así le gusta firmar sus obras, esté creando un imaginario nacido de la producción de monstruos o monstruitos como alguno puede llegar a pensar, pues claramente, si uno se para a mirar sus obras, sin ataduras y en la libertad que al autor le gustaría, nos encontramos con un ejercicio técnico, un trabajo de estudio, de soledad y de reflexión en el que no puede dejar de ser él mismo. Es a la vez su gran aliado y su gran enemigo. La inteligencia emocional le traiciona y tiene que rebelarse contra su propia naturaleza.

 

Su principal arma como buen pintor, a pesar de su juventud, es el conocimiento del dibujo y sus herramientas y sus recursos. Davis en un pintor que nunca ha perdido de vista su capacidad de consumado dibujante, luchando sin embargo como otros grandes hicieron por no dejarse embelesar por lo fácil. Yo diría que convierte el dibujo en buena pintura y con su desparpajo e ironía nos deja pasmados ante semejante equívoco. Lo de los monstruitos no es ni más ni menos que las ganas que en muchos casos el espectador tiene de ver unos referentes estereotípicos de aquellos fenotipos a los que el sistema nos ha acostumbrado, pero que igualmente podríamos verlos en las nubes, y no creo que los hacedores de nubes tengan intención alguna de darnos nuestra ración de monstruos para sosegar nuestra conciencia buenista, o bellista.

 

La actitud absolutamente pictórica de Davis nos aleja de todo ese batiburrillo genotípico para devolvernos a la pintura que hay que pararse a mirar. Intentar retomar el reflejo que el artista nos deja de cada una de sus decisiones. El sentido de libertad que se da a sí mismo y que espera que tenga el contemplador de sus pinturas.

 

                                                                                     Manolo Messía

 

 

 

Imágenes:

 

Lorenzo Martínez. ‘Abstracción del muro’

Lorenzo Martínez. ‘Unión blanco’

Lorenzo Martínez. ‘Paralelos, expresión urbana’

Lorenzo Martínez. ‘Paisaje de Mallorca’

Juan Carlos López Davis. Sin título, 2013

Juan Carlos López Davis. Sin título

Juan Carlos López Davis. Sin título

Juan Carlos López Davis. Sin título

 

 

Texto e imágenes cortesía de Lorenzo Martínez, Juan Carlos López Davis, Alvaro Sánchez,  María José Corominas, José Luis González Cobelo y Manolo Messía.

arte contemporáneo

arte contemporáneo

Inicio         En boga         Noticias         Galerías         digital & nets         Galleries

  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page

arterritory.net

arterritory.net

bottom of page