


Luis Rivera Linares
Hitchcock's Shadows
El mcguffin de Luis Rivera Linares
La exposición de Rivera Linares en Alba Cabrera ha desatado una oleada de pesquisas entre los críticos de arte para descubrir el mcguffin que, como no podía ser menos, de alguna manera tenía que encontrarse a plena vista en la misma.
Como no todos los aficionados a las artes plásticas tienen un grado de conocimiento similar de la jerga cinematográfica, conviene aclarar que un mcguffin es un elemento (una frase, un objeto, incluso un personaje) de una película de suspense, que se presenta como importante llamada de atención al principio, pero que en realidad no es relevante para el desarrollo de la acción. Hitchcock fue maestro en la aplicación de esta técnica y los más curiosos y variados mcguffin se encuentran a lo largo de su filmografía.
Decía, entonces, que se ha presentado toda una lista de mcguffins al respecto de la exposición de Rivera Linares, entre las que se podrían significar como más elaboradas la del cuestionamiento sobre dónde terminan las obsesiones de Hichcock y dónde comienzan las obsesiones de Rivera Linares y la del espacio que vincula y a la vez separa signo y significación. Y no digo que no tengan razón, porque nada se opone a que la sala de Alba Cabrera esté en esta ocasión albergando más de un mcguffin.
Por mi parte, voy a echar también mi cuarto a espadas en esta cuestión y voy a opinar que el mcguffin de esta exposición es el propio Hitchcock y que no son sus personajes ni sus películas lo que fundamentalmente ponen de manifiesto las cuidadas y precisamente elaboradas y situadas obras de Rivera Linares que constituyen la muestra. Por más evidente que parezca que esas películas y esos personajes desempeñan un papel esencial en la exposición por su facilidad para ser reconocidos por el espectador.
Para argumentar mi razonamiento voy a salir del ámbito cinematográfico, a donde nos ha conducido el astuto mcguffin propuesto por Rivera Linares, para bucear en el literario. Y específicamente en el romanticismo alemán y Adelbert von Chamisso, autor de La maravillosa historia de Peter Schlemihl, que se popularizó como El hombre que vendió su sombra, obra donde muestra las funestas consecuencias de vender la propia sombra. Aplicado a la exposición Hitchcock's Shadows, se podría hablar de las funestas consecuencias de considerar la sombras hitchcockianas solamente como resultado causado por un juego de luz y formas, olvidando que toda obra de arte es, por naturaleza, poliédrica, y las de Rivera Linares lo son especialmente por la capacidad de este artista para materializar la luz y su ausencia, poner de manifiesto ocultos sentidos en las informas e involucrar al espectador en un juego de posicionamientos, planos y perspectivas.
No, no es la iconografía hitchcockiana lo relevante en esta exposición, ni ésta se debe contemplar como si de reconocer viejas películas se tratara.
Alvaro Sánchez
29-8-2014.
Alba Cabrera Art Contemporani. Felix Pizcueta, 20 Bajo. Valencia. Hasta la primera semana de septiembre.
Imágenes cortesía de Luis Rivera Linares y Alba Cabrera.

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