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Viernes, 1 de marzo de 2019

Equipo 57, sin título. ‘Interactividad Cine I’, 1957
Dalila Gonçalves, ‘Favo’, 2018

La participación en ARCOmadrid 2019 de la Galería Rafael Ortiz quiere proponer una lectura retrospectiva tanto de nuestra propia historia como de la del evento, en este año en el que celebramos nuestro 35º aniversario. Se trata de un proyecto ilusionante para una feria que pertenece ya a nuestra historia personal, con el denominador común de unos artistas a los que defendemos y vemos crecer, quizás una de las cosas más gratificantes de las que suceden en las galerías.

 

Así pues, artistas históricos como Equipo 57 (Córdoba, 1957- Sion 1962), Manuel Barbadillo (Cazalla de la Sierra, Sevilla 1929 - Málaga 2003), o Graciela Iturbide (México DF, 1942), se encuentran con otros ya clásicos en nuestra galería como Carmen Calvo (Valencia, 1950) o José María Baez (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1948) y con tres incorporaciones más recientes como es el caso de Dalila Gonçalves (Castelo de Paiva, Portugal, 1982), José Miguel Pereñíguez (Sevilla, 1977) o Inmaculada Salinas (Guadalcanal, Sevilla, 1967).

 

Presentamos un stand ecléctico, poético y matemático; visceral, sentimental y enciclopédico. Todas las obras estarán en conversación constante y siempre respetuosa con el resto, conformando un acercamiento entre generaciones y técnicas, entre lecturas y discursos.

 

Con una trayectoria coherente en la que encontramos ejercicios continuos ahondando en la profundidad y el misterio del color, José María Báez propone un universo más abstracto y casi dibujístico, aunque sin perder la huella ambivalente sobre la que siempre ha basculado su trabajo.

 

Manuel Barbadillo fue una figura capital del Arte Normativo en España y pionero del Arte Computerizado, que inicia en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid junto a otros destacados artistas.

 

El colectivo de artistas Equipo 57 se situó en una línea experimental, decantándose por una cierta interdisciplinariedad que hiciera coincidir la investigación artística y científica. En sus obras se percibe un anhelo por alcanzar la esencia del espacio, por superar los límites físicos y emocionales

de la propia obra. Aunque la actividad artística de Equipo 57 fue muy limitada en el tiempo, su presencia en el mundo del arte es constante hasta la fecha.

 

Carmen Calvo es en la actualidad una de las artistas conceptuales más internacionales del panorama artístico español. Sus dibujos, collages, objetos intervenidos y fotografías nos muestran a una de las artistas que con mayor determinación se enfrenta a tabúes sociales, creando imágenes hirientes en algunos casos, y cómicas o al menos sarcásticas en otros.

 

A partir de un juego experimental, Dalila Gonçalves  nos muestra la permeabilidad entre las materias y procesos de la práctica artística y las vivencias cotidianas, mediante una experimentación matérica y formal a partir de distintos elementos que, desde hace años, recolecta incesan-temente en su entorno más inmediato.

 

Graciela Iturbide es actualmente una de las figuras más significativas del panorama internacional y un referente indiscutible para varias generaciones de fotógrafos. Su obra se caracteriza por imágenes que muestran una gran sencillez, donde retratar significa participar de la vida de las personas, así como del ritmo y la calidez de su gente y tradiciones.

 

José Miguel Pereñíguez se expresa fundamentalmente a través del dibujo y la escultura o la instalación, recurriendo a referentes históricos y culturales que reconstruye, reproduce, deforma, desmiente o celebra a través de una incesante labor en el taller que constituye la base de su trabajo.

 

La obra de Inmaculada Salinas cuestiona lo que es visible en lo cotidiano para profundizar en los aspectos más allá de la apariencia y parte de elementos e imágenes basadas en la realidad. Uno de sus intereses como artista es estudiar y mostrar los ritmos de los que es capaz el cuerpo y la materia. Otro denominador común en sus trabajos es el carácter procesual y repetitivo del conjunto de obras, a partir de un sujeto o tema determinado. (Texto e imágenes cortesía de galería Rafael Ortiz)

La galería Sabrina Amrani participa en dos secciones de ARCOmadrid
Joël Andrianomearisoa, ‘Labyrinth of Passions’, 2015
Waqas Khan, ‘Line of Force I’, 2019

Sabrina Amrani se complace en anunciar su participación en ARCOmadrid 2019, con dos stands en la feria con distintas presentaciones. En el Sector General, la galería presentará obras de Manal AlDowayan, Joël Andriano-mearisoa, Babak Golkar, Alexandra Karakashian, Timothy Hyunsoo Lee, Mónica de Miranda y Jong Oh. El segundo stand se encontrará en el sector de Proyectos Especiales, con una presentación individual de obra de Waqas Khan, producida especificamente para este proyecto.

 

Abrazando diversos medios, el trabajo de Manal AlDowayan abarca la fotografía en blanco y negro, la escultura, vídeo, sonido, neón e instalaciones participativas a gran escala. Su práctica artística gira en torno a temas como el olvido activo, los archivos y la memoria colectiva, con un especial énfasis en el estado de las mujeres sauditas y su representación.

 

Joël Andrianomearisoa siempre bordea los límites. No plantea el acercamiento a su obra de manera directa, sino que la sitúa en los límites de los deseos de quien quiera que la descubra. Su obra radica en una pura cuestión de actitud, de posicionamiento ante la obra. Andrianomearisoa escucha el pulso de la vida con más generosidad de lo que ese pulso le ofrece, y encuentra una forma de estar presente dans le nu de la vie, en la desnudez del mundo.

A través de una diversidad de formas, que incluyen el dibujo, el grabado, la cerámica, la escultura y la instalación, los sujetos de investigación de Babak Golkar emergen de su interés en el análisis del espacio en relación a las condiciones de vida contemporáneas.

 

El trabajo de Alexandra Karakashian deriva de su historia personal y familiar y reflexiona sobre los problemas actuales de exilio, migración y el estatus de refugiado. El proceso y la materialidad son claves para su práctica. Empleando aceite de motor usado y sal como medio para pintar, se involucra en discusiones ecológicas, la amenazadora inestabilidad y el colapso sutil; y el aprovechamiento poco ético de los rápidamente menguantes recursos naturales, en particular en el continente africano rico en recursos.

La obras de Hyunsoo Lee se inspiran en temas de estigma social, identidad, trastornos psicológicos y, más recientemente, en la espiritualidad y la religión. El artista explora estos temas a través de un nuevo vector: pinturas y esculturas que consisten en gran parte en marcas similares a células que varían en tamaño, color y  saturación. Sus obras son vistas como etéreas y delicadas, pero las composiciones y el trabajo extremadamente intensivo, marcados intensamente por repeticiones obsesivas, traicionan rápidamente a la percepción inicial.

 

Mónica de Miranda es artista e investigadora. Nacida en Porto (Portugal) de padres angoleños, ella se describe a sí misma como una artista trabajando en la diáspora. Su trabajo indaga en los ámbitos de la arqueología urbana y las geografías personales.

 

La práctica artística de Jong Oh es particular ya que no usa un estudio sino que crea esculturas mínimas in situ que responden a una situación espacial dada. Respondiendo a la configuración matizada de cada sitio, el artista construye estructuras espaciales al suspender e interconectar una selección limitada de materiales: cuerdas, cadenas, hilo de pescar, metacrilato, varillas de madera y metal e hilos pintados. Los elementos de sus obras parecen flotar, y dependiendo de la relación espacial del espectador con esta, los elementos aparecen como conectados y cruzados, o bien como absolutamente independientes, lo que sugiere dimensiones adicionales un espacio tridimensional simple.

 

Waqas Khan es un artista pakistaní, que vive y trabaja en Lahore. Realizó su educación primaria en su pueblo natal, en contacto con la naturaleza. En un inicio, su familia no advirtió sus aptitudes artísticas y su manera de pensar, que era distinta de los demás. Siendo extremadamente sensible a la naturaleza y al bello universo en el que vivimos, pronto descubrió que el arte podría ser un medio de expresión para sus ideas y pensamientos. (Texto e imágenes cortesía de galería Sabrina Amrani)

Jueves, 28 de febrero de 2019

Kirsten Hutsch, ‘Transfer Gesso # 2’
Pablo Capitán del Río, ‘Heráldica’, 2019
Sergio Porlán, ‘Rayo negro 9’, 2018

El proyecto  gira en torno a las nociones de fragilidad y precariedad, cuestiones esenciales para abordar no sólo un presente compartido –la dramática situación actual en la que hemos tomado conciencia de nuestra existencia frágil y precaria–, sino también una poética de la resistencia –la potencia de lo frágil, lo mínimo y lo precario para generar lugares de crecimiento y transformación no autoritaria de los sujetos–.

 

Trabajos frágiles, débiles, mínimos y precarios, que proponen alternativas a las superficies brillantes de la mercancía y a la ideología del high-definition.

 

Estéticas low-fi que se muestran como pequeñas resistencias ante un sistema que cada vez se hace más fuerte y que invisibiliza lo precario, llevándolo a una zona de oscuridad, creando la ilusión de su inexistencia. Un sistema que constantemente produce precariedad pero que construye dispositivos de ilusión para evitar que podamos percibirla.

 

Esa toma de conciencia de lo precario y lo frágil a través del despliegue de estrategias que, en lugar de ocultarlo, lo muestran y lo visibilizan es la que, desde presupuestos y técnicas diferentes, llevan a cabo los artistas que hemos seleccionado para esta edición de Drawing Room: Pablo Capitán del Río, Mark Hosking, Sergio Porlán y Kirsten Hutsch.

 

Interesado por la etología y otra serie de fenomenologías que ocurren en el ecosistema natural, los trabajos de Pablo Capitán se plantean casi como deformaciones naturales  en las que las propias fuerzas y elementos de la naturaleza, así como otra serie de condicionantes temporales hacen que la propia obra se vaya construyendo, entre lo amorfo y lo cristalino.

El trabajo artístico de Sergio Porlán nos conduce hacia el ámbito de la levedad, la delicadeza y las percepciones sutiles. Se trata de un trabajo de alquimia. Una vanitas barroca que nos conduce al ámbito de lo mistérico, el simbolismo oculto, lo indescifrable…

 

A través de la pintura, la escultura y la instalación, se generan contextos envolventes que hacen participar al espectador de una particular escenografía. El enigma de la vida cotidiana.

 

La experiencia de lo fragmentario y lo inestable lo encontramos en las obras de Mark Hosking, tanto en sus esculturas en las que interviene el accidente y el desmoronamiento –el que ya ha sucedido o el que está a punto de suceder– como en sus sutiles pinturas en las que las formas del cuadro y las figuras del interior, colisionan y comienzan a integrarse.

 

Las obras de Kirsten Hutsch investigan la relación entre lo real y la imagen. Es una indagación sobre la naturaleza de la percepción humana y la sustancia de la realidad.

 

través de una variedad de medios, estas obras plantean la ambigüedad de la realidad esencial del objeto físico por un lado y la naturaleza inherentemente artificial de su representación por el otro. El trabajo permite que el objeto se manifieste en su ambigüedad real, material y sensorial. (Texto e imágenes cortesía de galería Artnueve)

Cornión en Art Madrid
Obras de Amancio
Obras de Amancio
Obra de Javier Victorero
Obra de Javier Victorero

La galería Cornión estará presente entre el miércoles 27 de febrero y el domingo 3 de marzo en ART MADRID 19, una de las citas ineludibles con el arte contemporáneo  dentro de la semana del arte de Madrid.

 

Cornión acudirá a la feria con obra del escultor Amancio y los pintores Javier Victorero y Miguel Galano. Una muestra de lo que será expuesto en la feria podrá verse en la galería a partir del sábado 16 de febrero.

 

 

Amancio (Villahibiera de Rueda, León, 1965)

 

El escultor Amancio González mantiene un férreo compromiso entre la contemporaneidad expresiva y el respeto a los clásicos. En sus esculturas, siempre ligadas al ser humano, explora los materiales probando cómo se comportan o hasta donde llegan sus límites técnicos. También juega con las composiciones escultóricas transformando la lectura de los objetos en busca de nuevas posibilidades expresivas.

 

Durante las últimas dos décadas Amancio ha desarrollado importantes trabajos en espacios públicos de distintos países, generando piezas totémicas objeto de grandes elogios y que le han valido su reconocimiento a nivel internacional.

Javier Victorero (Oviedo, 1967)

 

El artista Javier Victorero basa esencialmente su trabajo en un acertado uso del color y geometría, como una forma de poner orden sobre las emociones, expresadas a través de intensos colores. Es una de las revelaciones de la pintura española de los últimos quince años, un artista multipremiado que ha obtenido, entre otros el Premio de la Junta General del Principado y cuya obra forma parte de colecciones tan importantes como la del Museo de Bellas Artes de Asturias.

 

 

Miguel Galano (Tapia de Casariego, Asturias, 1956)

 

Formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando y afincado en Oviedo, Miguel Galano es un creador profundamente enraizado en su región; en su obra la niebla, la nieve y la lluvia del norte están a menudo presentes. Las casas cerradas y solitarias, las húmedas noches marinas o las ramas desnudas en invierno son imágenes recurrentes en sus pinturas, instantes congelados que buscan plasmar la esencia de lo retratado y hablan de una pintura atemporal y verdadera. (Texto e imágenes cortesía de Cornión)

Miércoles, 27 de febrero de 2019

Obra de Ana Pérez Ventura
Ana Pérez Ventura, ‘Étude nº 224’

Investigo la relación entre el tiempo y el espacio según estrategias de repetición. Me interesa la confrontación entre un marco objetivo (una hora de reloj, un espacio determinado, una escala musical...) y otro subjetivo del tiempo vivido (a través del gesto, la voz, las huellas…). Quiero hacer un registro orgánico del paso del tiempo. Me interesan las diferentes variaciones que se producen inevitablemente en cada repetición. Mi trabajo con el tiempo tiene su origen en mi vida musical. Como pianista e intérprete, traduzco continuamente los signos de las partituras en una coreografía de movimientos sobre el teclado que dan lugar al sonido. La repetición de gestos es algo intrínseco a la rutina de trabajo del pianista.

 

                                                                   Ana Pérez Ventura

 

Galería Metro presenta en la décima edición de la feria JustmadX el trabajo de Ana Pérez Ventura (Santiago de Compostela, 1981), artista que compagina su actividad plástica con la musical, manteniendo entre ellas una estrecha relación. Formada en Bellas Artes en las Universidades de Vigo y Barcelona y en música en los conservatorios de Vigo y Ámsterdam, realizó un máster en la Sorbona sobre las relaciones entre ambas disciplinas y desde entonces, año 2009, reside en París, investigando sobre las posibilidades de la interacción entre artes visuales y música, con la repetición como recurso fundamental.

 

Su propia experiencia como pianista y los ejercicios de repetición que realiza diariamente como base de su rutina para perfeccionar el dominio del instrumento, le han servido de base para plantear una obra que ya ha sido premiada con el Artension y con becas de la Fundación Barrié de la Maza o la

de la Fundación Segundo Gil Dávila. También participó en el II Encontro de Artistas Novos en la Cidade da Cultura de Galicia, ha presentado muestras individuales en el Colegio de España en París y en las galerías parisinas H Gallery, Artemper y Point Doré. También ha participado en colectivas en el Château de la Veyrie de Bernin, Abstract Projet, el Parc Floral, la Galerie Sisso, la Politécnica de Valencia o el Guoyi Art Museum.

 

En esta edición de Justmad presenta dos series creadas entre el año 2016 y el 2019. Por una parte una selección del trabajo más reciente perteneciente a la serie ‘Études’, realizada con acrílico sobre tabla o lienzo, y otra que forma parte de su serie ‘Neumas’, producida con rotulador permanente sobre capas de acetato superpuestas.

 

La serie ‘Études’ parte del estudio musical como pieza de carácter didáctico, con una escritura muy repetitiva, destinada a trabajar un problema técnico específico. Por causas anatómicas, la mayor parte de los gestos utilizados en el piano son de naturaleza circular, y así también ocurre en los ‘Études’ que aquí presenta, repite de manera ordenada un gesto rítmico circular que va trazando una línea continua y que va llenando el espacio pictórico. El proceso lo lleva a cabo en distintas capas o estratos, que, a su vez, constituyen la huella de las múltiples repeticiones y del paso del tiempo empleado.  Los ‘Neumas’ son el fruto de la descontextualización de la melodía con fines estéticos. Desarrolla esta serie a partir de los 24 estudios de Chopin, composiciones destinadas a dominar una destreza técnica específica en base a un solo motivo musical, presentando aquí doce correspondientes a los Op.25. De la información de dichas partituras, obviando la tonalidad y el ritmo, realiza una transcripción gráfica de las notas musicales, en negro las notas correspondientes a las teclas negras del piano y en blanco las correspondientes a las blancas, mostrando de este modo el dibujo formado únicamente por el perfil melódico. (Texto e imágenes cortesía de galería Metro)

Marisa Marimón en JustMADX
Obra en la muestra
Obra en la muestra

La galería orensana Marisa Marimón participa este año en la X edición de la feria JustMADX, presentando obras de los artistas Tamara Feijoo, Antonio Guerra y Diego Opazo. Del 26 de febrero al 3 de marzo en el Palacio Neptuno, en la calle Cervantes, 42 de Madrid, en el stand C15.

 

Tamara Feijoo (Ourense, 1982) 

 

De nuevo en  estos trabajos sobre papel, las huellas, los restos, la luz  y  el espacio son los elementos que constituyen las obras. En estas conviven  trampantojos y papeles que se han vuelto transparentes, frágiles y etéreos.  Al  utilizar el espacio como parte integrante de la obra, se rompe  de esta forma con las dos dimensiones y  se genera  un dibujo expandido, con una finalidad: dibujar por medio del volumen, la impresión y la marca, dibujar con luces y sombras para hablar de fugacidad y persistencia. Sigue  utilizando la representación figurativa, como podemos ver más claramente en su obra 'Variaciones', en las que  dibuja componiendo un bodegón muy simple que luego pinta al óleo. 

 

Antonio Guerra (Zamora, 1984)

 

Su trabajo revela una aproximación interdisciplinar al medio fotográfico, donde escultura, fotografía e instalación se fusionan para reflexionar sobre los procesos de transformación del paisaje y nuestra percepción del mismo a través de la imagen. La naturaleza, el hombre y su huella son temas que le in-

teresan como autor. En el proyecto  que presentamos "Comportamiento para un simulacro" investiga la relación entre la acción del hombre en el entorno y su vinculación con la fotografía como objeto a intervenir. Para ello, manipula lapropia obra con la intención de ampliar los límites de la fotografía, creando una relación entre objetos, el entorno y el medio fotográfico.

 

Diego Opazo (Santiago de Chile, 1966)

 

Utiliza el medio fotográfico como instrumento de expresión e interpretación y desarolla proyectos, en los que huye de un proyecto de vida urbana, auséntandose de la ciudad y de la vida urbana actual, para buscar lugares más apartados y poco frecuentados, como también ocurre en el proyecto que presentamos "Teluria", que no aparece en la cartografía del lugar y en el que el cuadrante y la brujúla suelen fallar." En sus series vuelve a realizar un ejercicio de introspección y comtemplación, poniendo su mirada en pequeños detalles y llenándolos de significado.

 

Inaugurada en 1994, la galería Marisa Marimón difunde en Galicia  las nuevas tendencias del arte contemporáneo en pintura, dibujo, fotografía, vídeo, impresiones digitales, escultura y diseño. El objetivo de la galería es presentar un programa dinámico de artistas emergentes y consagrados, que utilizando diferentes soportes realizan un programa riguroso e innovador, que se inscribe en las tendencias más actuales del arte contemporáneo, organizando exposiciones encargadas y producidas por el espacio de la galería. (Texto e imágenes cortesía de galería Marisa Marimón)

Martes, 26 de febrero de 2019

Carlos Irijalba, ‘Pannotia (Atlántica)’, 2019.
Miguel Ángel Tornero, ‘La tierra inculta’, 2018-2019

La Galería Juan Silió participa en una nueva edición de ARCOmadrid, que este año celebra su 38 edición. Dentro del Programa General se presentan obras de Juan López, Rafa Macarrón, Gorka Mohamed, Carlos Irijalba, Nuno Nunes-Ferreira, Manuel Ocampo y Miguel Ángel Tornero. La feria tendrá lugar entre los días 27 de febrero y 3 de marzo en el Parque Ferial Juan Carlos I (IFEMA) de Madrid.

 

El proyecto presentado, planteado por la crítica de Arte y gestora cultural Noemí Méndez, se pregunta: ¿Qué ocurre con los herederos del poso cultural cimentado durante siglos dentro de nuestras fronteras? Es ahora, en un buen momento del arte español, cuando la madurez e integridad de las creaciones han de posicionarse en el lugar que les corresponde ya que, viendo su calidad, no se comprende que la repercusión fuera de nuestro país siga siendo tan limitada. Nuestros creadores son un baluarte de reflexión contemporánea. La alienación en la que se sumerge al arte contemporáneo español pasará factura a la estructura contemporánea de mañana.

 

El proyecto de la galería suma sus esfuerzos para desarrollar una potente dirección: la del apoyo al arte español contemporáneo en diálogo con otros cercanos. Fotografía, pintura e instalación son las creaciones de Carlos Irijalba y Miguel Ángel Tornero; Gorka Mohamed, Rafa Macarrón o Manuel Ocampo y Juan López y Nuno Nunes-Ferreira, que conviven como un manifiesto contemporáneo de que el arte español, de raíces latinas y peninsulares, es de amplio registro y reconocimiento, que solo puede verse truncado por barreras invisibles impuestas desde la falsa premisa de que lo exótico causa más sensación.

 

Vivimos momentos de contradicción, de pérdida de contacto con nuestra identidad. Creamos inconscientemente un mundo estandarizado lleno de fal-

sa pluralidad. Hay que recordar la tradición plástica de nuestro país a lo largo de los siglos y saber que la apertura a nuevos públicos, países y circuitos ha ido creciendo de la mano de la Revolución Tecnológica que nos ha conducido a la necesidad de buscar incentivos plásticos cada vez más extravagantes o exóticos para encontrar novedad.

 

Pero bajo estas premisas se fagocitan y desvirtúan las tradiciones conceptuales y técnicas de los creadores contemporáneos de nuestro propio territorio y que responden a una gran parte que aún concibe y experimenta con profunda reflexión sus propuestas. Nuestros creadores se convierten así en la resistencia. Nuestra creación pasa a revelarse, a ser totalmente libre ante la falta de apoyo por el simple hecho de ser creadores de nuestro país. Al final estos artistas se convierten en lo complejo, lo atípico, lo transgresor.

 

Esta distopía convertirá nuestra cultura en un paraje desértico y sin pluralidad, llevará a la creación contemporánea española a un lugar extremo hundido irremediablemente en la pérdida de su origen para acabar cayendo en el falso cumplimiento de los cánones imperantes, del mainstream de lo contemporáneo, ante esta distopía, tenemos que apoyar la resistencia. En la resistencia es donde está la esencia de las cosas, donde el conocimiento perdura, donde la investigación participa de la creación, encontramos el lugar necesario para hacer girar la rueda de lo contemporáneo, la razón donde se sustentan los discursos aparentemente múltiples que finalmente quedan absorbidos por la uniformidad de la tendencia. (Texto e imágenes cortesía de la galería Juan Silió)

Bondi y Montiel-Soto en ARCOmadrid
Bianca Bondi, ‘Hanging Rock Bottom’, 2018 y ‘Corroded Pipe Piece (Curtain)’, 2017
Marco Montiel-Soto, ‘Maracaibo Monumentale #25 y #26’, 2019

JosédelaFuente presenta en ARCO Madrid 2019 ‘Time-consuming’, una colaboración inédita entre los artistas Bianca Bondi (Johannesburgo, Sudáfrica 1986) y Marco Montiel-Soto (Maracaibo, Venezuela 1976) en torno a las consecuencias que la intervención humana y el ineludible, aunque a veces intencionado, paso del tiempo tienen en los materiales, los objetos y las sociedades. Las obras mostradas cuentan historias que van desde lo personal a lo político y desde lo primigenio a lo postindustrial. El empleo que ambos artistas hacen del tiempo como material artístico les permite explorar las intersecciones entre territorios políticos, científicos y poéticos desde múltiples perspectivas. Mientras las vitrinas de Bondi, microcosmos embebidos en cajas de cristal en los que lo natural y lo artificial se funden y, tras ser tratados con agentes corrosivos, su color y su forma cambian orgánicamente, las instalaciones del venezolano Montiel-Soto nos hablan de la historia de su país. El artista evidencia las ruinas de los actuales Estados Tropicales a través de colecciones de objetos anacrónicos y materiales vegetales extraídos directamente de la naturaleza. Aunque formalmente distantes, se establece un paralelismo conceptual entre las obras de ambos artistas que alude por encima de todo al impacto de la acción humana sobre el entorno.

 

Por un lado, Bianca Bondi actúa sobre sus objetos como el oxígeno sobre nuestros cuerpos, les confiere vida, pero también los oxida, transforma y degrada. En este marco, los humanos, entendidos como productos de nuestro entorno, somos sujetos atrapados en un constante estado de transición entre formas. Somos el resultado de todas las manipulaciones a las que sometemos lo que nos rodea y un reflejo de los efectos que esto tiene. Partiendo del concepto de la “transformación”, eje central de la praxis de Bondi, la artista sudafricana aborda desde múltiples perspectivas la influencia que dichas intervenciones tienen tanto en el planeta como en nuestros cuerpos. Estas consecuencias, aunque predecibles, son en efecto inciertas, pues son el producto de la confluencia de casi infinitas variables so-

bre las que no siempre puede tenerse el control. De esta manera, el tiempo y lo “que no se ve, pero se siente” se vuelven parte esencial de sus obras, microorganismos autónomos compuestos por numerosos materiales elegidos por sus cualidades estéticas, poéticas y psicológicas, así como por su capacidad de transformación y reacción a agentes externos. Vitrinas que en lugar de proteger los objetos que contienen favorecen su descomposición, instalaciones en las que factores apenas perceptibles como la humedad del espacio de exposición juegan un papel decisivo, o bolsas de plástico llenas de desechos como si de estómagos se tratara, son las obras a través de las cuales Bianca Bondi presenta en ARCO su forma de entender el macrocosmos en el que vivimos.

 

Montiel-Soto en cambio refleja en sus obras el abandono y la decadencia de las áreas selváticas y las sociedades primitivas no contaminadas por lo industrializado que aún perviven en el planeta. Sus objetos reconstruyen los recuerdos y las historias acumuladas en la memoria de los artistas y sus instalaciones sumergen al espectador en una extraña visión del trópico pasada por el tamiz del tiempo. Las verdades, los problemas y las ruinas ocultos bajo una apariencia de ensueño son desvelados por Montiel-Soto a través de collages, troncos, postales, billetes y demás objetos encontrados. Ante este manifiesto abandono en el que la violencia, la corrupción y la política de la decadencia pasan a ser temas centrales en la actual Venezuela, las posturas adoptadas por el resto países al respecto nos hacen preguntarnos cuál es la mejor opción, ¿intervenir o dejar que las cosas sigan su curso, teniendo en cuenta la fragilidad de los entornos naturales y de las estructuras que vertebran las sociedades que los habitan? Como las soluciones químicas en las vitrinas de Bondi, en este caso las posibles intervenciones son siempre un arma de doble filo cuyas consecuencias son imprevisibles. (Texto e imágenes cortesía de galería JosédelaFuente)

Miércoles, 20 de febrero de 2019

Marta Barrenechea, ‘Adán’, 2018
Luísa Jacinto, ‘Nameless III’, 2017
Almudena Fernández Ortega, ‘¡Cilantros y coentros!’, 2019

El próximo día 26 de febrero se inaugura la feria internacional de arte contemporáneo JUSTMadrid en su X edición. La feria tendrá lugar en el Palacio de Neptuno en la calle de Cervantes nº 42, entre los días 26 de febrero y 3 de marzo de 2019. Este año la Galería silvestre presenta tres artistas: Almudena Fernández, Gabriela Bettini y Luisa Jacinto, en el  stand V3.

 

Las obras de Almudena Fernández desarrollan la observación detenida de elementos naturales que son reinterpretados y transformados en instantes de reflexión, en narraciones de carácter histórico y/o anecdótico a través de las cuales representa el entorno natural de su infancia modificado y convertido en lo que podría ser una imagen onírica surgida del reflejo del pasado.

 

En este sentido, Gabriela Bettini lleva trabajando varios años en la idea de la naturaleza como territorio colonizado, revisando desde la pintura distintos modelos históricos de representación de la naturaleza y cómo en ese estadio se inscribe la mujer como paradigma de la violencia. Así, a partir de una narrativa no lineal fruto de su investigación personal, replantea una nueva mirada hacia el paisaje representado por los primeros pintores que viajaron a America del Sur.

Por su parte, las obras de Luísa Jacinto se configuran como puntos de transición, donde hay siempre más de lo que se nos permite ver. Estos son procesos de relación gradual,  donde se intuye un sentido.  No el sentido que 

se esconde detrás de una primera apariencia que precipitadamente podemos juzgar, sino aquel que es intrínseco a las cosas.

 

El día 27 de febrero inaugura la feria de dibujo Drawing Room Madrid en el Palacio de Cibeles, en la calle Hortaleza 87, permaneciendo abierta al público hasta el 3 de marzo de 2019. Serán presentados las artistas Irene González y Marta Barrenechea, en el stand 8.

 

El universo de Irene González es el resultado final de una extrañeza que nos traslada a espacios que nos resultan familiares e inquietantes. Todo ello a través de imágenes alusivas al recuerdo y a la memoria, creando un universo de podría ser calificado de “nuevo realismo”. Hay un rasgo estilístico fundamental que destaca en todas sus series de dibujos, el silencio. Las imágenes transmiten una especie de quietud, un caos interior, calmo en el que la existencia parece quedar suspendida.

 

Marta Barrenechea se identifica con el trabajo de los outsiders, traduciéndolo en una aproximación intuitiva. Trabaja con el dibujo desde un elemento revelador en su capacidad o incapacidad de manifestar la lucidez necesaria en el arte. Y es por ello, que de alguna manera, como dice la propia artista, el dibujo nos pone en evidencia, yendo a la esencia.  (Texto e imágenes cortesía de Galería silvestre)

Lunes, 18 de febrero de 2019

Obra de Chema Madoz
Preparando la exposición. Fotografía de Amparo Garrido

Conocí el trabajo de Chema hará algo más de 20 años. Estaba recién llegada a Madrid y ambos frecuentábamos el mismo laboratorio de Juanma Castro Prieto.

 

Cada vez que iba al laboratorio, me encontraba las fotos de Chema esparcidas por todas partes. Ver aquellas fotografías era siempre una alegría, poseían una belleza difícil de explicar, eran notas musicales que te ibas encontrando por diferentes espacios.

 

Tengo que confesar que esta fue la primera vez en mi vida que deseé comprar una fotografía. Tenerla, vivir con ella, levantarme cada mañana y mirarla al despertar, sentir que me acompañaba a lo largo del día y volver a mirarla antes de dormir.

 

Un día le conocí y fuimos amigos y colegas, aunque nuestras conversaciones siempre han sido muy parcas. Nuestro lenguaje no son las palabras. Con Chema me sucede que le miro y le escucho a través de sus fotografías, ahí está todo eso en lo que él ha estado pensando últimamente, ahí está ese principio de conversación que luego sigue en mi cabeza.

 

Era un lugar de encuentros, de charlas espontáneas, de reflexiones sobre la imagen, los papeles más adecuados para imprimir, los tapados que debían llevar las imágenes para así resaltar otras partes que interesaban más… ¿Qué era lo importante en la imagen? ¿Qué se quería contar con ella? ¿Había o no había punctum? y si lo había ¿dónde estaba?

 

Es un placer inmenso para mí tener este año a Chema aquí, en el CNIO. Tenerlo expuesto y de nuevo ver su obra cada día, disfrutarla, tener una conversación secreta con ella. Solas ella y yo, pero con todos vosotros. (Amparo Garrido, directora y comisaria de CNIO Arte)

 

CNIO Arte es una iniciativa del CNIO, con el apoyo de la Fundación Banco Santander, para poner en contacto a científicos y artistas y explorar así los territorios comunes de la investigación científica y la creación artística.

 

El objetivo del proyecto es fomentar el intercambio de ideas entre dos mundos distintos, pero igualmente necesarios para entender la realidad que nos rodea.

En la primera edición participaron dos mujeres excepcionales: la científica pionera en biología molecular Margarita Salas y la artista visual Eva Lootz. Es-

te año, contamos con dos hombres igual de admirables: el fotógrafo Chema Madoz, artista conceptual de renombre internacional y uno de los más importantes de la escena artística española, Premio Nacional de Fotografía y Premio PhotoEspaña (2000), y el científico cuántico Ignacio Cirac, director del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica en Munich, uno de los mayores expertos mundiales en computación cuántica y Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2006).

 

De la conversación y el encuentro entre Ignacio Cirac y Chema Madoz, surgió una imagen. De esta imagen, 30 fotograbados numerados y firmados, que están a la venta y cuyos beneficios se destinarán íntegramente a la iniciativa de filantropía individual "Amigos del CNIO", que financia la investigación del cáncer en el CNIO.

 

                                                      Amparo Garrido, comisaria de CNIO Arte

 

Chema Madoz es un fotógrafo también definido como artesano, constructor de poesía visual. Desde principios de los noventa fotografía ideas plasmadas en objetos que elabora él mismo, y en los que la ironía, el humor o simplemente la belleza envuelven una profunda carga conceptual. En su obra, la sorpresa es un gatillo que activa en el espectador nuevas formas de observar la realidad. Madoz cuenta entre muchos de sus galardones el Premio Nacional de Fotografía (2000). Es el primer fotógrafo español a quien el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ha dedicado en vida una muestra retrospectiva. Su obra tiene también una amplia repercusión internacional.

 

Ignacio Cirac es uno de los físicos de mayor impacto internacional en información cuántica. En 1995, con solo 30 años, publicó junto con su colega Peter Zoller un trabajo que por primera vez explicaba cómo se podría construir un ordenador cuántico -objetivo que hoy persiguen investigadores en todo el mundo, respaldados por grandes compañías-. Cirac dirige el Instituto Max-Planck para Óptica Cuántica, en Garching (Alemania), al que se incorporó en 2001. Cuenta entre sus premios el Nacional de Investigación Blas Cabrera; el Fronteras del Conocimiento; el Príncipe de Asturias; el Wolf; y la Medalla Max Planck, entre otros.

 

La muestra ‘CNIO Arte 19’ se inaugura mañana martes en el auditorio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ( Melchor Fernández Almagro, 3. Madrid), donde permanecerá hasta el 12 de abril de 2019.  (Texto e imágenes cortesía de CNIO y galería Trinta)

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