Secos arabescos, de José Manuel Broto.
Galería Fernández-Braso.
Hasta el 4-1-2014.
El andamiaje del tiempo y del espacio.
Alvaro Sánchez.
27-12-2013.
Seco arabesco XIX.
Para construir el tiempo primero hay que deconstruir el espacio, aunque en artes plásticas al revés también vale. En cualquier caso, para seguir cualquiera de las dos vías se requiere un andamiaje mental muy especial, difícil de encontrar; andamiaje que, sin embargo, parece estar a disposición de José Manuel Broto desde hace ya bastantes años.
El tiempo y el espacio eran para Kant formas a priori de la sensibilidad, intuiciones puras. Pero para los físicos contemporáneos que en la actualidad están reelaborando las teorías de supercuerdas en la teoría M, el continuum espaciotemporal nos remite a 11 dimensiones de las que sólo una es temporal, mientras que otra engloba a todas las demás, incluso a la temporal, en una especie de membrana de la que es posible que se escape la gravedad, o al menos parte de ella.
Lo que Broto hace con su particular análisis del continuum espaciotemporal tiene mucho más que ver con las formulaciones matemáticas de los físicos del s. XXI que con las intuiciones del filósofo idealista alemán del s. XVIII. Lo que resulta lógico, porque como todo artista de verdadero talento, es hijo de su tiempo, y el engarce de sus contemporáneas formulaciones pictóricas con las matemáticas de los físicos contemporáneos es coherente y preciso.
Por eso en sus acrílicos secos arabescos no detectamos, aunque quizá pudieran sugerirlo en algunos momentos, vetas tectónicas y materiales gruesos constitutivos de una realidad simple y dieciochesca, sino elaboradas, complejas líneas espaciotemporales que se muestran seguras en el trazo y resueltas con maestría en la elección de las tonalidades, componiendo un código de señales pictórico que le es propio desde hace ya muchas decisiones y que al mismo tiempo resulta tan universal como las complejas ecuaciones matemáticas que describen los diferentes aspectos del cosmos.
Broto también describe el cosmos con intención globalizadora, pero lo hace escudriñando sus rincones y ofreciendo a los ojos del espectador los diferentes caminos y recodos por los que él ha transitado. Caminos y recodos en los que él se habrá perdido no una, sino muchas veces, y por los que habrá vuelto y revuelto hasta volver a encontrar la ruta, si no del todo definitiva, sí lo bastante segura como para ser mostrada a los demás ya con la tranquilidad de la misión encarrilada hacia un destino fiable.
Seco arabesco XI.
Es casi inevitable que la mente permanezca atrapada por muchos ciclos en las dimensiones sin salida que nos describe el arabesco XIX, recorriendo una y otra vez sus trazos paralelos, sus engañosos saltos de color y dirección, para volver siempre, una y otra vez, a un punto de partida del que sólo podemos salir efectuando un salto cuántico espaciotemporal, por ejemplo, al arabesco XI que nos propone una realidad o dimensión escindida tras la que se atisba una nueva dimensión o realidad a la que acceder mediante otro salto cuántico. Salto hacia atrás o hacia adelante, eso da igual en el cosmos de Broto, que ha roto la noción de causalidad con el mismo descaro y semejantes consecuencias que lo ha hecho la física de partículas. Mientras que el tiempo es a la vez dos tiempos, en la obra y en el espectador. Al menos, dos. Porque pueden ser tres o más.
Seco arabesco XXIV.
Por eso saltamos sin solución de continuidad de espacio y de tiempo al arabesco XXIV, en el que fluyen los haces de dimensiones y aparece una nueva línea dimensional con aspiración de abarcar, de ceñir a las demás o, al menos, a una buena parte de ellas. ¿Será la particular dimensión M de Broto? Si no lo es, se le parece mucho. Y aun otra pregunta. ¿Incluirá el universo de Broto dos líneas M, una de ellas temporal, con lo que elevará su complejidad sobre los modelos matemáticos de los físicos? Porque, quizá de manera incipiente, en la obra semeja estarse gestando una nueva dimensión también con voluntad abarcadora y también abriéndose a una línea de no-continuidad temporal.
Pero podemos apostar con seguridad que los físicos nos mostrarán en el futuro inmediato nuevas dimensiones de la realidad y que Broto nos sorprenderá con nuevas indagaciones y grandes descubrimientos en su cosmos particular.
Imágenes procedentes de la web de la Galería.
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