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Nuevas formas

Por favor, pegue patadas contra el suelo, no contra mí                                                                                                       1-3-2017 

 

Carl Andre, el artista norteamericano, tenía previsto, en 1967, inaugurar una exposición en la galería Konrad Fischer de Düsseldorf, pero días antes el galerista le anticipó la conveniencia de aplazarla como consecuencia de que un enorme socavón le había hundido la superficie del local.

 

Lo cual no supuso desalentación alguna para el conocido minimalista, que se apropió de unas pla-cas de acero como las que se usan para calzadas y aceras, y las montó adecuada y artísticamente con el fin de tapar la gran hendidura.

 

Llegado el día de la apertura los visitantes mostraron su perplejidad y desconcierto al no ver obra ninguna, pero el galerista, al quite, les señaló las planchas de metal que estaban pisando y les soltó una disertación sobre cómo el espacio inter-no había alcanzado la máxima definición del lugar y del arte que lo ocupaba. Porque el material era lo que era y no precisaba énfasis ninguno, añadió Andre.

 

Los espectadores, algunos cabreados, otros con cierto pitorreo y el resto ocupados con las viandas, empezaron a pegar saltos, pateos, brincos, retozos, bailes, y así toda la noche, hasta que al final la policía puso orden entre un clamoroso e inolvidable éxito. A todas estas, se desconoce la opinión del autor. (Gregorio Vigil-Escalera)

 

Con lo que damos por cerrado el debate.

¡Qué premio! Me lo perdí (y II)               28-2-2017 

 

Si estuviésemos entre los que dictaminan en re-presentación de ese mundillo, la conclusión a la que llegaríamos es que en tal performance se plantea, simplificando el mensaje, una denuncia sobre la manipulación del cuerpo reducido a objeto y sujeto de transacción, el desprecio a la condición femenina y también al arte contemporáneo por ser asuntos de compra y venta.

 

Quizá haya otras formas de enfocarlo y plasmarlo, pero, reconozcámoslo, no tan ingeniosas y vario-pintas, tan lúdicas y veleidosas. ¿Qué no es más que una pose y llamada de atención que será relegada? Bueno, una más.  Recuerdo que alguien habló de que en la historia del arte, el comodín sexual por lo general se utiliza principalmente como un arma. Vale, pero que no dispare. (Grego-rio Vigil-Escalera)

 

Nuevamente es el turno de Gregorio Vigil-Escalera en el debatesobre los límites del arte                                    

 

¡Qué premio! Me lo perdí (I)                                                                                                                                                         27-2-2017

 

George Dickie argumentaba que “una obra de arte es todo aquel artefacto, artificio, hecho, al que una o varias personas que actúan en nombre de cierta institución social (el mundo del arte) le confieren el estatuto de candidato a la apreciación”. Son ellas, en definitiva, las que le dedican una interpretación filosófica o crítica para, independientemente de su supuesta índole artística, convertirlo en arte.

 

No es nada nuevo porque me dirán que alguien tiene que hacer ese trabajo, alguien tiene que proclamar que el arte no es más que lo que se dice que es. Y si no hay esa justificación, pues al cubo de la basura o al cementerio del olvido.

 

Así es como la francesa Orlan, que se pasa la vida sometiéndose a cirugía plástica, obtuvo un rotundo éxito, además de causar un gran escándalo, con la performance que protagonizó en la FIAC de París de 1977, cuando portando un torso femenino de cartón como si fuese una máquina tragaperras, esperaba el momento en  que un afortunado/a introdujese una moneda de cinco francos en la ranura para ofrecerle un beso boca a boca y lengua a lengua.  Algunos hasta se quejaban de que, ya puestos, tendría que haber más, mucho más.  (Gregorio Vigil-Escalera)

 

Ciencia, lenguaje, historia, arte (y V)                                                                                                                                        24-2-2017

 

Los criterios de valoración en ciencia no son de aplicación en arte, pero sí que pueden dar pistas sobre cómo proceder. Y lo primero, en mi opinión, es orientarse al objeto, en este caso artístico; centrarse en la cosa en sí. Frecuentemente asistimos a valoraciones por parte de críticos y de los propios artistas que necesitan establecer el entorno ideológico de la obra o hecho artístico antes de ponerse a analizarlo, entorno habitualmente justificativo. La pregunta que entonces habría que hacerse es si tiene sentido y significación el objeto prescindiendo por completo del entorno ideológico que le ampara y, supuestamente (aquí está la clave), le da sentido y aclara su significado. Porque si la obra aisladamente carece de ellos, su valor cae en picado y pudiera incluso no tratarse de arte. La primera condición para ser objeto artístico es autorevelarse como tal independientemente de todo lo demás.

 

En ciencia existe un efecto estampida de consecuencias positivas: cuando un equipo de investigadores en un campo rompe los límites del conocimiento, una importante parte de la manada científica que lo habita se lanza inmediatamente a reproducir y mejorar los procedimientos del primer equipo, que quedan así validados. Resulta curioso que de manera muy similar procedieran en arte las vanguardias históricas, rompiendo marcos… y que en la actualidad ocurra justo al revés: en lugar de validación, diferenciación y sólo aparente ruptura. (Alvaro Sánchez)

 

Ciencia, lenguaje, historia, arte (IV)                                                                                                                                          23-2-2017

 

Si lo que significan las palabras no tiene demasiada importancia; si la valoración de los hechos es subjetiva y opinable; si hasta la ciencia ha sustituido en ocasiones la verdad empírica por la verdad estadística; si el poder ha conseguido imponer el imperio de lo políticamente correcto en todos los ámbitos; si lo único que cuenta en definitiva es el reconocimiento y el éxito mercantilmente tangible, ¿cómo va a escapar el arte por su cuenta de semejante dinámica? Sin embargo, todo esto no es demasiado nuevo. De hecho, es más bien antiguo:

 

- Cuando yo uso una palabra -declaró Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso- quiere decir lo que yo quiero que diga, ni más ni menos.

- La cuestión -replicó Alicia- es si Ud. puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

- La cuestión -zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda, eso es todo. (Lewis Carrol. Alicia a través del espejo, 1871)

 

Hablaba antes de verdad empírica y verdad estadística en ciencia. El caso es que los científicos, en general, saben distinguir perfectamente cuándo es oportuno utilizar uno u otro criterio y cuándo están haciendo o no buena ciencia. En el primer caso, lo determina el objeto de investigación. En el segundo, la revisión por pares. (Alvaro Sánchez)

 

Ciencia, lenguaje, historia, arte (III)                                                                                                                                          22-2-2017

 

Especialmente ilustrativo del proceso analizado resulta el caso de la economía política y, por extensión, de la práctica política, con la sustitución tanto de los planteamientos liberales como socialdemócratas por los conservadores. ¿Cómo es posible esto? Pues precisamente a causa de lo anteriormente mencionado: por el triunfo del pensamiento débil y la asunción del fin de las ideologías.

 

Margaret Tatcher (1979-1990) y Ronald Reagan (1981-1989) se presentaron en su momento como consecuentes conservadores. No escondían tras otro nombre su ideología. Tampoco lo hizo después George H. W. Bush (1989-1993), a la cabeza de una tropa que fue calificada como neoconservadora. Sin embargo, veinticinco años más tarde, la práctica totalidad de los analistas se refieren a ese periodo como el del triunfo del neoliberalismo. ¿Qué ha pasado en este cuarto de siglo transcurrido para que la práctica económica y política conservadora o neoconservadora haya transmutado su nombre en liberal o neoliberal?

 

Tony Blair (1997-2007) capitaneó la denominada “tercera vía”, teóricamente situada entre la socialdemocracia y el conservadurismo disfrazado de liberalismo. Se trataba de un proyecto de economía política que define como progresista y de izquierdas la relajación de los mecanismos de supervisión de los oligopolios y la reducción de impuestos directos. Sorprendente, ¿verdad?  (Alvaro Sánchez)

 

Ciencia, lenguaje, historia, arte (II)                                                                                                                                           21-2-2017

 

Esta explosiva ciclogénesis, que sobrepasa lo estrictamente cultural y se inscribe de pleno derecho en lo vitalmente social, ha efectuado lo que podríamos denominar un reseteo total de la sociedad: con ella hemos vuelto a las condiciones de origen que en su momento y según los diferentes campos, entre mediados del s. XIX y principios del XX, gestaron la contemporaneidad en todos los ámbitos por los que se despliega la humanidad.

 

El pensamiento débil (1983) es un concepto acuñado por el filósofo italiano Gianni Vattimo que niega rigor al conocimiento, virtud ética a las actuaciones y vanguardismo al arte. Sostiene que todo es opinable desde una perspectiva multicultural. El fin de la historia (1992) de Francis Fukuyama describe el fin de la lucha ideológica que ha caracterizado el periodo contemporáneo de la historia: tras el fracaso soviético, las ideologías resultan innecesarias y lo único que resta es la realidad económica plasmada en la democracia liberal. La muerte del arte (1981) decretada por Arthur C. Danto niega a la obra de arte la capacidad de serlo por sí misma, sino que lo es sólo en tanto que se encuadra en un mundo artístico sociológicamente autorreferencial. Mundo que, por otra parte, muere de éxito habiendo realizado todas sus posibilidades y cumplido sus expectativas.  (Alvaro Sánchez)

 

Es el turno ahora de Alvaro Sánchez, quien durante los próximos cinco días planteará la crisis de la valoración de la obra de arte en un ámbito más extenso, que va de la filosofía a la ciencia, pasando por la política. 

 

Ciencia, lenguaje, historia, arte (I)                                                                                                                                            20-2-2017

 

Es innegable que una parte sustantiva de las manifestaciones consideradas actualmente como artísticas encaja con considerable dificultad en esta categoría, mientras que otra  parte no encaja en absoluto, se pongan como se pongan quienes lo hacen, quienes lo exhiben y quienes hablan encomiásticamente de las mismas. No me preocupan en absoluto las primeras: forzar los límites del arte es la más interesante y cabal tarea a la que puede dedicarse un artista. Otro tema es que se haga con más o menos talento; pero ése es, efectivamente, otro problema: si algo nos genera dudas acerca de si es o no arte, lo que hay que hacer es resolverlas. Tan sencillo y a la vez tan complicado, ciertamente. Más adelante volveremos sobre este punto.

 

El verdadero problema son las segundas, sobre todo en relación al marco de aceptación e incluso de generación de éxito en el que se mueven.

 

En las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo se gestó una perfecta ciclogénesis en la que confluían la filosofía con el pensamiento débil, la historia con el fin de la historia, el arte con la muerte del arte y la economía política con la sustitución de los planteamientos liberales por los conservadores y los socialdemócratas por ¡los conservadores también! (Alvaro Sánchez)

Ready-made. Las teorías las pintan calvas (y III)                                                                                                          17-2-2017

 

La dicha amiga era la baronesa Elsa von Freytag-Lorighouen, que estaba más loca que una cabra y obsesivamente enamorada de él. ¿Un impostor, entonces? Al final no pasó nada, porque el asunto se acalló y la loca se quedó sola y abandonada en un manicomio de Berlín hasta su muerte. Un buen melodrama para fervorosos de la letanía.

 

Por lo tanto, estamos ante una operación de descontextualización y recontextualización, de provocación, burla y transgresión (sin pasarse). De no diferenciación entre arte y el llamado antiarte (no lo denominen de otra manera que les excomulgan). De generar asombro y desorientación, de nihilismo y pesimismo  (a mí ya no me abandona en toda la vida). De que ya no cabe disparidad ética y estética. De que todo es visible, banal, anodino y sin creatividad.

 

Lo que no sabía Duchamp es que la estupidez y la abyección se han dejado de lado en algunos supuestos y que todavía persiste un arte con una experiencia singular y específica que siente y antepone la esencia, la pasión, la forma, el color, la emoción, el imaginario, el entendimiento, el disfrute, la sorpresa, la visión y el espíritu. Y más, mucho más, afortunadamente. (Gregorio Vigil-Es-calera)

 

Ready-made. Las teorías las pintan calvas (II)                                                                                                       16-2-2017

 

Pero tampoco es eso, porque lo que Duchamp quiere es demostrar es su teoría respecto a la autoría, la de que el espectador sin producir nada adquiere el mismo rango que el artista, lo cual no debió haber captado su querida hermana porque, en su ausencia, tiró a la basura el ‘Portabotellas’ y la ‘Rueda de bicicleta’.

 

Si proseguimos la búsqueda, nos encontramos con una interpretación más puntualizadora como es la de Nathalie Heinich, la cual repara en que para el paradigma contemporáneo vigente, el valor artístico no reside en la obra de arte en sí misma, sino en los discursos y mediaciones que la sostienen en la red comunicativo-informativa.

 

En fin, que le demos las vueltas que le demos, el caso es que el artificio tuvo tanto éxito que solamente le falta un Nuevo Testamento sobre el mismo, y que cuente además, para que nada falte, lo de la impostura descubierta en la carta que le dirige a su hermana en 1917, comentándole que una amiga, empleando el seudónimo de Richard Mutt, le envió un urinario de porcelana a modo de escultura. (Gregorio Vigil-Escalera)

 

Debate entre Gregorio Vigil-Escalera y Alvaro Sánchez sobre los límites del arte contemporáneo. Abre el debate Vigil-Escalera, analizando el caso tan particular como sumamente paradigmático del ready-made. A la vez se interroga sobre las relaciones entre los sujetos artísticos, el artista activo y el espectador pasivo, intermediados por el objeto artístico, la obra de arte, y reivindica una determinación más fuerte de ésta. 

 

Ready-made. Las teorías las pintan calvas (I)                                                                                                         15-2-2017

 

Se ha dicho que los ready-made constituyen la elección y rescate de unos objetos corrientes y nuevos que al colocarlos, modificados o no, en un espacio destinado al arte se convierten supuestamente en eso, en arte. El mismo inventor de los cacharros ha reconocido que “no deben ser mirados. Simplemente están ahí” (menudo peso me ha quitado de encima). Por eso, alegan, se aconseja verlos –en qué quedamos, sí o no- con humor, ironía y ambigüedad.

 

Pero a distintos autores les encantó atribuirles un halo teórico, tal que Octavio Paz, que los consideró “objetos anónimos que el gesto gratuito del artista, por el solo hecho de elegirlos, los transforma en obras de arte”. Thierry de Duve va más allá y afirma que “con los ready-made Duchamp no inventó nada, no creó una obra de arte ni produjo un nuevo concepto de arte”. Entonces, ¡¿qué son?! ¿Unos simulacros, artefactos o farsas al que el mundo del arte les ha conferido el estatuto de obra de arte?, ¿todo vale?, ¿cualquier obra humana puede asumir la identidad artística si un grupo (críticos, curadores, galerías, museos, etc.) la reconoce como tal? 

 

Ante mi ceguera y necedad sobre este fenómeno que me parece inodoro, incoloro e insípido, Juan Carlos Román me explica que el ready-made es un mecanismo intelectual –acabáramos-, pues se trata de jugar con lo ordinario para hacerlo extraordinario. (Gregorio Vigil-Escalera)

 

El arte contemporáneo tiene un buen culo para pegarle patadas con cariño y mala leche (y II)                           14-2-2017

 

En la otra banda, los detractores hablan de la nulidad de su formulación, su mediocridad, charlatanería, impostura, su oda al mercantilismo, su insignificancia, vacuidad, fealdad, tontería, vulgaridad, incomprensión, futilidad y banalidad. Hasta Jean-Philippe Domecq llega a declarar que la nulidad afecta al noventa y cinco por ciento del arte contemporáneo. Y Braudrillard no le va a la zaga cuando advierte que toda la duplicidad del mismo consiste en eso: en reivindicar su nulidad, la insignificancia, el sinsentido.

 

Por consiguiente, para acortar las distancias entre una minoría que “todo lo sabe” – a saber qué- y el gran público de los medios masivos, hay que rehabilitar una crítica de arte centrada en las obras, una por cada una, para encontrar en ellas  cuestiones existenciales y genuinamente artísticas (desde la forma a la angustia, desde la visión hasta la reflexión, desde el placer al horror, desde la realización hasta la ansiedad y la zozobra, desde el pensamiento hasta la emoción y desde el ser hasta la muerte). Quizás así se consiga –no lo creo ni prometiéndome la resurrección para verlo- que un espectador cada vez menos interesado en el arte contemporáneo debido a su radicalización –entre comillas- y su exposición en lugares especializados, lo deje definitivamente de lado. (Gregorio Vigil-Escalera)

El arte contemporáneo tiene un buen culo para pegarle patadas con cariño y mala leche (I)                                13-2-2017

 

La modernidad nos trajo de todo, lo que era posible y lo que parecía imposible, cada día una eyaculación nueva, una convulsión exultante, un pasmo alborozado, una mirada y contemplación más agudas, inauditas, incisivas y críticas. Está-bamos ante una insólita revolución estética que no tenía límites y cuya diversidad y horizontes eran tan vastos como universos carentes de confines e inundados de luz.

 

Sin embargo, para algunos el ciclo o lo que fuese, después de años de sangre y plomo, se agotó, estaba exhausto y se arrastraba postrado, falto de iniciativa y dirección. Por mucho que rezaba era incapaz de frenar la andadura hacia el fin, y hasta el emblema transgresor había dejado de tener significado.

 

Y viene al rescate entonces el llamado arte contemporáneo, que engulle la modernidad con su retahíla filosófica y teorética. Sus pronto parti-darios –muchos de ellos especuladores disfraza-dos- ponderan sus propiedades herméticas, su renovación, novedad, apropiación, hibridación, glo-balización, mestizaje, incongruencia, transgresión, imprevisión, participación; la multiplicidad de procedimientos, la individualización, la ambi-güedad y al mismo tiempo la autonomía y hecho social. En definitiva, pluralidad de estilos, proli-feración de mensajes, lenguajes y códigos.  (Gregorio Vigil-Escalera)

J. F. Martel: vindicación del artificio frente al artificio (y III)                                                                                              10-2-2017

 

Al plantearse la relación entre emoción y cognición se suele partir de la consideración de que son sistemas separados. Pero la cuestión estriba en saber si para la existencia de situaciones emocionales es requisito previo e imprescindible la aparición de procesos cognitivos, como sostenía Lazarus o, al contrario,  pueden darse fenómenos emocionales explicables sin necesidad de referenciarse a anteriores procesos cognitivos, que es la opinión de Zajonc. La cuestión es de extremada relevancia en el ámbito de lo artístico, en concreto de la experiencia y apreciación de la obra de arte. ¿Se puede sentir ante la misma una emoción sin haber realizado un previo proceso de entendimiento del objeto en sí, por breve que sea? En mi opinión no es posible, por más que los publicistas y algunos artistas están precisamente trabajando este campo, haciendo propuestas que susciten una automática respuesta emocional. Es curioso, pero Martel, que prima lo emocional en la valoración artística, critica sin embargo su más obvio resultado: la búsqueda del éxito fácil.

 

Por cierto, estamos hablando de lo que en mi opinión es el segundo gran problema del arte. Porque el primero es: ¿Dónde coño están las vanguardias del s. XXI, para que expulsen de los museos de arte contemporáneo, con el mayor respeto pero también con la máxima determinación, a las vanguardias del s. XX? (Alvaro Sánchez)

J. F. Martel: vindicación del artificio frente al artificio (II)                                                                                                    9-2-2017                                                        

 

Martel acude a la preponderancia de la emoción y a la capacidad de compartirla con otros para distinguir la obra de arte del constructo artificioso y lograr así que la primera llegue verdaderamente a formar parte de nuestra vida. Lo que, en su opinión, permitiría “hallar solución a los graves problemas a los que nos enfrentamos en el presente, ya sean políticos, medioambientales, económicos o espirituales.” Dejando de lado el exceso de voluntarismo ingenuo, el problema de este planteamiento es que hace residir casi exclusivamente en las emociones del espectador la validación del objeto artístico, con cierto olvido del objeto en sí, en cuanto objeto. En definitiva, que para develar el artificio artístico recurre al artificio emotivo. Pero, ¿no son precisamente los publicitarios los maestros en suscitar emociones?

 

Hace mucho que la publicidad, ayudada en no pocas ocasiones por el imperio de lo políticamente correcto, ha roto las barreras entre mover y conmover emocionando. Y si esto es así es porque a la base del éxito alcanzado por la una y el otro se encuentra la expulsión, en el proceso de asimilación que experimenta el espectador, de otro mecanismo esencial de la naturaleza humana: la cognición. Lo que nos lleva al debate entre Roert Zajonc y Richard Lazarus anunciado ayer. (Al-varo Sánchez)

J. F. Martel: vindicación del artificio frente al artificio (I)                                                                                                      8-2-2017

 

Artificio mental, en este caso, para desenmascarar el artificio estético. Mal camino, en mi opinión.

 

La publicación por parte de la editorial Atalanta de Vindicación del arte en la era del artificio, versión española de la obra del escritor y cineasta canadiense Jean-François Martel de 2015, supone una buena ocasión para replantear el papel que desempeñan en la asimilación de la obra de arte la cognición y la emoción, a la luz de la polémica que sobre ambos mecanismos sostuvieron a principios de los pasados años ochenta los psicólogos Robert Zajonc y Richard Lazarus en la revista “American Psychologist“.

 

El planteamiento de Martel responde, de eso no cabe duda, a un serio intento de afrontar el que realmente es el segundo gran problema del arte en nuestros días: su artificiosa e impactante banalización en búsqueda del éxito fácil por parte de demasiados artistas en demasiados casos. El canadiense quiere discernir el mecanismo que nos permitiría distinguir, entre la saturación de objetos estéticos que nos rodea, entre el arte auténtico y el que no lo es. Dicho de otro modo, entre la experiencia estética y, por ejemplo, la atracción publicitaria. Para ello, ofrece una clave: “El verdadero arte nos conmueve, el artificio trata de movernos.” (Alvaro Sánchez)

‘Justicia digital’: quemar veinte bancos                                                                                                                                       7-2-2017

 

Como ya he comentado en alguna ocasión en El Rincón, no es probable que un artista que se desgañita en sus obras contra el capitalismo, el colonialismo y la globalización pinte un cuadro denunciando la actuación de un banco concreto o de una compañía energética determinada que, con su implacable actuación exenta de la más mínima comprensión de las circunstancias personales, han llevado el desastre e incluso la muerte a numerosos hogares españoles. Desahucios, cortes de suministro energético o de agua… no hace falta seguir, ¿verdad? La proliferación de incendios en domicilios particulares que han tenido que dejar de utilizar la corriente eléctrica o el gas para alumbrarse o calentarse no es casual. Ni hay obra de arte que señale con el dedo a los responsables.

 

¿No hay realmente ninguna? Sí, algunas hay, aunque muy pocas, como el proyecto ‘Justicia Digital‘ del artista Manuel Rufo. Iniciado en 2009, consistente en hacer explotar e incendiar (de momento simbólicamente) los veinte mayores bancos del mundo. Los bancos “atacados” con explosiones e incendios que pueden verse en virtualgallery.com son el Wells Fargo, HSBC, BNP Paribas, Chase Bank, Citibank, Unicredit, Banco Santander, Bank of America, BBVA y Barclays.  (Alvaro Sánchez)

Nuevas formas                                                                                                                                                                                    6-2-2017

 

arterritory.net inicia a partir de hoy un nuevo camino. Alguien importante nos dejamos del anterior: Carlos Anaut no seguirá aportando sus noticias y sus exposiciones en galerías internacionales, ni tampoco su calendario de ferias de arte.

 

Continuamos the zoombie y yo. Además contaremos puntualmente con los textos de algunos colaboradores de gran talento.

 

Nuevas formas es heredera directa de El Rincón. En lo sucesivo verteré aquí mis opiniones sobre arte.   (Alvaro Sánchez)

(Arte urbano + arte urbano) al cuadrado                                                                                                                                  30-1-2017

 

Hasselt y Genk son dos municipios colindantes de la provincia belga de Limburgo, de la que el primero es capital. La zona donde confluyen se denomina De Unie Hasselt-Genk, La Unión de Hasselt y Genk, y se ha convertido desde hace poco en entorno privilegiado para el arte urbano. Con el mismo nombre de ‘De Unie Hasselt-Genk’ se puso en marcha un proyecto que convocó a más de una docena de artistas belgas y de otros países para realizar obras semipermanentes al aire libre en lugares singulares que imprimieran un carácter distintivo a la zona y, lo más interesante, incitaran a los habitantes a participar con colaboraciones propias en el proyecto.

 

En la organización y mantenimiento de las acti-vidades artísticas, que se extienden ya por más lugares y en más ocasiones de los previstos, ha desempeñado un papel fundamental Z33 House for Con-temporary Art. La “Casa de Arte Contemporáneo” de la ciudad de Hasselt no tiene fondos propios, pero desarrolla una gran actividad expositiva dentro y fuera de sus muros. Sin embargo, ha sido la fuerte identificación de los habitantes de la zona con el proyecto artístico, en el que participan activamente, lo que consigue elevarlo a otra dimensión de arte urbano, de la que hablaremos más extensamente en los próximos días.  (Alvaro Sánchez)

La siniestra Escuela de Mecánica de la Armada en WIELS (y II)                                                                                          28-1-2017

 

Las obras más recientes de Sven ’t Jolle muestran que está sustituyendo la fuerza expresiva y la definición conceptual que le han caracterizado por un ideologizado enrevesamiento que le hace necesario dar explicaciones específicas para facilitar la comprensión de sus planteamientos. Ciertamente, sus últimas obras no se explican solas. Consciente de esta carencia, tiende a suplirla provocando con espectacularidad  y golpes de efecto el diálogo que le interesa entablar con el espectador: generar complicidades en el ámbito del discurso de lo políticamente correcto, en el que se siente más cómodo que en el de la pura investigación material y conceptual plasmada en obra de arte.

 

’t Jolle es ya miembro de pleno derecho del cada vez mayor sector del arte que lo practica y difunde como ideología de carril, avanzada de una transformación cultural, política, económica y social que supera con amplitud la inversión fáctica descrita magistralmente por Orwell en su 1984: “La guerra es paz, la libertad es esclavitud, la ignorancia es la fuerza". Hoy lo que se afirma con gran éxito de crítica y de público es que la ausencia de derechos es garantía de derecho y el artista belga aporta su granito de arena afirmando con naturalidad que la tortura es garantía de justicia y reparación.  (Alvaro Sánchez)

La siniestra Escuela de Mecánica de la Armada en WIELS (I)                                                                                               27-1-2017

 

Hace unos días tuvimos en arterritory.net un intenso aunque corto debate sobre la conveniencia o no de plasmar en nuestra página de arte contemporáneo una exposición que, se mire como se mire, hace apología de un método de tortura inventado en el medievo y que alcanzó sus más altas cotas de inventividad y desarrollo en la espeluznante Escuela de Mecánica de la Armada argentina, epicentro de torturas y desapariciones durante los más negros años de la dictadura. Ganó, como no podía ser menos, la libertad de expresión artística y publicamos ayer la reseña, pero a condición de que dedicara inmediatamente un Rincón ampliado o dos a explicarla y denunciarla. Porque además el asunto tiene relación con el tema de la corrección política que he abordado aquí muy recientemente.

 

Como sin duda ya habrán advertido los lectores, la exposición es ‘The Age of Entitlement, or Affordable Tooth Extraction’, del artista belga Sven ’t Jolle, presente estos días en el Centro de Arte Contemporáneo WIELS de Bruselas. En concreto, se trata de la obra ‘Casse-toi alors pauvre canard’ (‘Jódete ahora, maldito pato’), que muestra al personaje del Tío Gilito, como paradigma de multimillonario sin escrúpulos, emplumado y atado a horcajadas sobre una barra metálica. Parece ser que el artista encontró particularmente graciosa y sugerente la idea, tomada según sus propias palabras de ‘Lucky Luke’, de emplumar además al ave sometida a tortura como efigie simbólica de los verdaderos responsables de la crisis bancaria, que se encuentran perfectamente y continúan haciendo y deshaciendo a placer.

 

Vaya por delante que quien esto escribe está convencido de que la mitad, al menos, de los financieros y de los políticos han infringido suficientes leyes y causado tanto daño como para dar con sus huesos en la cárcel por prolongados periodos. Pero ni el más culpable y ruin de ellos debería ser torturado por lo que ha hecho. Ni siquiera, a falta de pruebas, para conseguir que confiese sus crímenes. Simplemente porque la tortura no corresponde a nuestro estado civilizatorio ni nuestra concepción del mundo la tolera. Pero, atención, el peligro que acecha es que este estado de cosas y mental cambie en breve plazo, que ya esté cambiando.  (A. Sánchez)

Arte, periodismo y National Geographic (y II)                                                                                                                          26-1-2017

 

La clave está en la corrección política en relación con la capacidad de representación del artista y en la voluntad del gestor del espacio expositivo. Si al artista le preocupa más dejar muy clara su correcta posición política ante los hechos tratados que dar rienda suelta a su capacidad de representarlos artísticamente; y si al gestor del espacio le interesa más dejar constancia de la adecuada orientación de su política de exhibiciones que ser el transmisor natural entre la creación artística y su recepción social, entonces todos tenemos un problema.

 

Hay algún artista al que lo que le sale representar al pensar en la mortandad de refugiados en el Mediterráneo son monstruos. Pero se contiene porque los monstruos no son fáciles de valorar y menos en una obra de arte. Podría interpretarse erradamente al monstruo e incluso pensarse que plasma el monstruo equivocado. Por lo que colocar bien visible en la obra la etiqueta de preocupación social, ecológica, de género, anticolonial, etc., garantiza en demasiados casos tranquilidad, aunque al precio de que la corrección política sustituya la expresión del talento artístico. Por cierto: también los críticos y los editores tenemos nuestra parte de culpa de una mistificación en incremento.   (Alvaro Sánchez)

Arte, periodismo y National Geographic (I)                                                                                                                              25-1-2017

 

Proliferan exposiciones, sobre todo en centros de arte y museos de nivel medio, más que en galerías de arte y museos de primer nivel (aunque también se da el caso) ante las que uno experimenta la sensación de haberse equivocado de lugar. Quien esto firma acude a lo que cree que va a ser una cita con el arte y, en su lugar, se encuentra contemplando un reportaje periodístico de gran actualidad o algo que recuerda inevitablemente a las siempre interesantes y curiosas fotografías de fauna, flora y formaciones geológicas de National Geographic.

 

¿Se puede hacer arte sobre la crisis de los refugiados o la pobreza energética? ¿Sobre los sistemas de comunicación de los delfines o los círculos de hadas del desierto de Namibia? Naturalmente, no sólo se puede, sino que se debe, en la medida que son realidades que configuran la más rigurosa actualidad, de la que el artista, en su componente de fedatario, tiene que dar cuenta. Pero debe hacerlo desde la perspectiva analítica y la voluntad y la capacidad representativa del artista, no desde el punto de vista del sociólogo, ni como periodista, ni resaltando los intereses del zoólogo o del geólogo. Y la clave, me temo, está en la corrección política que impregna hoy la vida y el arte.  (Alvaro Sánchez)

El hibridacionismo de Luis Fega (y II)                                                                                                                                          24-1-2017

 

La hibridación de Luis Fega alcanza incluso los soportes y las técnicas en un proceso de construcción espacial y conceptual de su arte que resulta evidente en sí mismo, que no requiere más recurso explicativo que el simple señalar con el dedo ni mayor esfuerzo interpretativo que la mirada contemporánea.

 

“…cuando para explicarla [la obra de arte] recurrimos a otro lenguaje, al de la palabra hablada o escrita, con frecuencia decimos generalidades, damos rodeos y convertimos finalmente el cuadro en mera palabrería, transformamos la pintura en literatura. Pero desde ahí nunca podremos adentrarnos en el corazón de la obra”, dice Fega con razón.

 

La vía elegida por el artista vegadense para la materialización de su trabajo tiene mucho de dialéctica: síntesis de opuestos. Pero también lo tiene de cierta metodología de aventura y riesgo, entre lo científico y lo artístico, realizando experimentos, formulando teorías y comprobando resultados:

 

“Mientras trabaja, el pintor desconoce cual va a ser el resultado final del proceso, y así debe ser. Es necesario asumir riesgos y aceptar la posibilidad de perderse durante la ejecución de la obra, para poder llegar a buen puerto.” Palabra de Fega, que llega a hibridar así el orden y el caos.   (Alvaro Sánchez)

El hibridacionismo de Luis Fega (I)                                                                                                                                              23-1-2017

 

Contemplar un cuadro de Luis Fega es asomarse a un mundo pictórico. Contemplar una exposición, sumergirse en un universo artístico. Y comparar exposiciones suyas es plantearse la posibilidad de abrir una nueva página en los ismos. Contrastando su trabajo en la muestra que acaba de inaugurar en la galería Cornión con la que exhibe desde el pasado diciembre en Puxagallery, la palabra que acude rauda a la mente para describirlo es hibridacionismo.

 

El punto de partida de Luis Fega es pura vanguardia. En el camino que viene recorriendo  hacia el futuro ha bebido en numerosas fuentes y ha sabido sacar provecho de todas ellas, transformado planteamientos, reconvirtiendo gestos y creando nuevos espacios expresivos donde se creía que habían dejado poco o nada los maestros anteriores. Pero Fega ha sabido encontrarlo y, sobre todo, como corresponde a los innovadores, crearlo. Lo ha creado con esfuerzo sustantivo, a base de empujones formales sostenidos en un código de señales propio y extremadamente potente que amplía los límites del cubismo, del constructivismo, de la abstracción geométrica, del expresionismo abstracto y del graffiti. Y aun me dejo fuera algún otro importante para construir su poderosa hibridación ísmica. (A. Sánchez)

¡Adiós, impresión 3D! ¡Hola, impresión 4D! (y III)                                                                                                                                      21-1-2017

 

Situar un punto en el plano requiere una pareja de números reales (coordenadas) que determinan el alto y el ancho; situarlo en el espacio tridimensional precisa añadir un tercero para el alto. La impresión 3D se basa en inyectar una cantidad dada de material en los puntos prefijados por un algoritmo de coordenadas tridimensionales que además marca el orden en el que se deposita. Parece sencillo, ¿verdad? Y, en cierta forma, lo es. Por eso la impresión 3D está volviendo del revés numerosos procesos industriales, desde los farmacéuticos o alimentarios a la construcción y el espacial.

 

¿Y qué ocurre si se añade una cuarta instrucción para que el material inyectado haga algo al cabo de un tiempo o cuando se dé alguna condición, siempre que este material pueda almacenar la instrucción y cumplirla? Pues también funciona y así ha nacido la impresión 4D: es posible imprimir los eslabones de una cadena y programar que estos se enlacen solos cuando entren en contacto unos con otros. De momento los materiales son reducidos, pero los artistas cinéticos están de enhorabuena.  (A. Sánchez)

¡Adiós, impresión 3D! ¡Hola, impresión 4D! (II)                                                                                                                         20-1-2017

 

Lamentablemente en España hemos tenido muy pocas muestras de esta hibridación artístico-tecnológica facilitada por la impresión 3D. Pero al menos se debe mencionar la serie escultórica ‘Casa-árbol’, presentada por los artistas Ana Quesada Cerezo y Juan Francisco Angulo en la galería Weber-Lutgen a principios del pasado año. Las esculturas fueron elaboradas digitalmente con la colaboración de la infoarquitecta Irene Quesada Cerezo y realizadas mediante impresión 3D en la propia galería por Ed Weber, el director de la galería, ingeniero de construcción e informático. Un vídeo que recogía todo el proceso cerraba el círculo expositivo, sumando la transartividad a la hibridación artístico-tecnológica.

 

Sin embargo, la verdadera revolución en esta cuestión está a punto de comenzar, está comenzando ya en algunas universidades que investigan el comportamiento de materiales: es la impresión 4D. Esta nueva modalidad constructiva añade una cuarta instrucción de naturaleza temporal a las instrucciones espaciales que posibilitan la impresión 3D. Y la clave para ello está en el material utilizado.  (A. Sánchez)

¡Adiós, impresión 3D! ¡Hola, impresión 4D! (I)                                                                                                                          19-1-2017

 

Desde hace varios años son numerosos los artistas en todo el mundo que desarrollan sus propuestas mediante software e impresión en tres dimensiones. Investigan con programas y materiales, con la gran ventaja que supone poder visualizar en pantalla las diferentes modelizaciones posibles de un proyecto antes de proceder a la impresión definitiva.

 

Los distintos tipos de impresión en 3D son ya ampliamente conocidos, desde los hilados y granulados que permiten trabajar con prácticamente cualquier aleación metálica y termoplásticos hasta el laminado que utiliza capas de papel, plástico o aluminio, pasando por la extrusión que se ha popularizado últimamente en alimentación (¿Cuántas hamburguesas quiere que le imprima?)

 

Artistas como el israelí Eyal Geber o la británica Sophie Kahn han realizado comentadas exposiciones con obras desarrolladas con esta técnica, mientras que estudios de diseño como el estadounidense Nervous System se mueven en la intersección entre arte, ciencia y tecnología para producir objetos mediante fabricación digital.  (A. Sánchez)

Ensanchando límites: el pintor Fernando Somoza                                                                                                                  18-1-2017

 

-¿Cómo se atreve a pintar así a un obispo?

-¿Obispo? ¿Qué obispo? Si es una bailarina…

 

España, mediados de los años setenta. La dictadura franquista pega sus últimos coletazos. Y son duros, muy duros, con resultado de muertes: militantes del FRAP, Garmendía y Otaegui, Puig Antich, los sucesos de Vitoria y Montejurra… por citar sólo algunos. Pero la marea de demandas democráticas es imparable y se va extendiendo por toda la geografía española y por todos los ámbitos de la vida. Incluido, naturalmente, el de las galerías de arte. Pocos lo recordarán ya, pero hubo una época en la que a las exposiciones de arte acudía un funcionario del Ministerio de Gobernación (un policía, vamos) para verificar que no incumplía la muy restrictiva legislación vigente. El arte contemporáneo siempre incomodaba a los fascistas porque, conceptual y formalmente, les resultaba ininteligible.

 

La anécdota es real y ocurrió en una exposición de Fernando Somoza, por entonces enfrentado a los límites de la Nueva figuración, de la dictadura y de su irreversible ceguera.  Y sí, era un obispo. (A. Sánchez)

Altamira, Lascaux, Tassili… (y V)                                                                                                                                                   17-1-2017

 

Y, a todo esto, ¿qué ha sido de la expresión en arte? En los últimos rincones hemos asistido a un fugaz recorrido por el nacimiento del arte como expresión, así como al singular predominio del arte como representación durante los casi últimos dos milenios, hasta inicio del pasado siglo. Y una sorprendente paradoja: quienes pretendían esencialmente representar lograron la mayor capacidad expresiva. Y quienes ansiaron fundamentalmente expresar consiguieron la mayor perfección representativa.

 

Llegaron la fotografia, los rayos X, el electrón, el psicoanálisis… y como consecuencia, la ocasión de que los artistas se replantearan de nuevo los fundamentos de sus prácticas personales realizando una nueva analítica de la realidad más coherente con el sorprendente mundo que les estaba tocando vivir y que se explicaba sin necesidad de recurrir a la trascendencia. Hilma af Klint y Kandinski eran espiritualistas; Malévich, Tatlin y Picasso, ateos. Pero todos ellos contemplaban la realidad desde la inmanencia y todos marcaron, de nuevo, rumbo expresionista. Del que no se puede retroceder aunque demasiados lo intenten.  (Alvaro Sánchez)

Altamira, Lascaux, Tassili… (IV)                                                                                                                                                     16-1-2017

 

La trascendencia conforma una nueva manera de ver el mundo y representarlo, mientras que la teocracia, la alianza del poder político y el religioso que se configura en torno a este concepto, impone como obligación su cumplimiento. Por eso el esbozo del pez cristiano acaba imponiéndose sobre el clasicismo griego. Y por eso, siglos más tarde, Leonardo y Miguel Ángel están obligados a realizar autopsias clandestinas, con riesgo de muerte si son descubiertos. Pero conocer el juego muscular que produce la sonrisa o el brazo levantado en esfuerzo bien merece el riesgo y, ciertamente, los resultados de la creciente brillantez de la representación bi y tridimensional están a la vista de las generaciones.

 

La técnica artística va perfeccionándose y quienes se benefician de la misma no son ya sólo los papas y los reyes, los nobles y los prelados: la naciente burguesía puede permitirse ya pagar que su representación personal y familiar, así como la de su oficio y trabajos, vaya constituyéndose en legado histórico, del que quizá la ‘Lección de anatomía’ de Rembrandt sea la más irónica muestra. Pero esto es ya, además, política…  (Alvaro Sánchez)

Altamira, Lascaux, Tassili… (III)                                                                                                                                                     14-1-2016

 

En un marco de inmanencia, ¿se hace chamán quien tiene aptitudes para la representación simbólica o adquiere esas aptitudes en el ejercicio de un cargo al que se accede por otros medios? Queda pendiente la respuesta porque pronto, en lo que hoy conocemos como Oriente Medio, haría acto de presencia en la marcha de la humanidad uno de los conceptos más determinantes: la trascendencia, la ruptura ontológica radical entre aquello de lo que lo humano forma parte y puede conocer mediante la representación verbal o plástica y aquello que es en sí mismo verbo y ni siquiera se puede nombrar, mucho menos conocer: lo que sólo se puede adorar a infinita distancia. El tránsito de la religión natural a la religión i-racional, de la religión participativa de la naturaleza a la de adoración del concepto mental, escinde irremediablemente la escala del ser en dos mundos de incomunicación absoluta sólo salvada por el acto sacerdotal vinculado al poder político.

 

Si los chamanes eran poderosos en coexistencia con el jefe de la tribu, los sacerdotes aliados con el rey de un territorio y de quienes lo habitan lo son incomparablemente más: teocracia.  (Alvaro Sánchez)

Altamira, Lascaux, Tassili… (II)                                                                                                                                                      13-1-2017

 

Resulta interesante relacionar distintos momentos de la historia del arte a la luz del análisis materialista de la trascendencia. Las primeras manifestaciones prehistóricas simbólicas con resultado artístico (y probablemente también con intención) se enmarcan en un plano de espiritualidad en el que los poderes sobrehumanos se encuentran en la misma escala del ser que los humanos. Simplemente son muchísimo más poderosos, pero comparten su pertenencia a la naturaleza. Entre la capacidad destructora del rayo, la generadora de la tierra, la velocidad del gamo, la fuerza del león cavernario y la hiriente penetración de las lanzas humanas no hay más diferencia que la de grado. Así, el espíritu humano puede relacionarse con los otros espíritus de las cosas animadas o inanimadas, igualmente inmanentes, e intentar apropiarse mágicamente de sus cualidades más interesantes.

 

Para ello se requiere una buena medicina que se encuentra tanto en la representación pictórica como en la danza con disfraz, ejecutadas ambas por quien posee un espíritu que puede lograr gran comunicación con otros espíritus: el chamán.  (Alvaro Sánchez)

Altamira, Lascaux, Tassili… (I)                                                                                                                                                       12-1-2017

 

De Picasso a Cy Twombly pasando por Alex Katz o Víctor Mira, son muy numerosos los constructores de la contemporaneidad artística que han manifestado gran interés por las pinturas rupestres. ¿Qué han visto en ellas que les ha llamado la atención hasta el punto de sentirse incluso en algún caso identificado con las anónimas personas que plasmaron tan magníficas muestras de arte rupestre? Probablemente, su capacidad de ir a lo esencial del ser, de despreciar lo accesorio de la figura en busca de la más depurada representación del significado y del interés del ejecutante.

 

Precisamente lo que interesaba a los pintores rupestres era convocar los espíritus de los animales para apropiarse de algunas de sus características como la velocidad o la fuerza y facilitar así darles caza. O poner de manifiesto rasgos humanos, desde la sexualidad y la fecundidad compartidas con los animales, al bipedismo y la capacidad de manipulación que diferencian radicalmente de ellos. Pero en todos los casos con algo en común: una enorme fuerza expresiva.  (Alvaro Sánchez)

La corrección política y el arte se repelen (y III)                                                                                                                       11-1-2017

 

Lo que me resulta más divertido del asunto de Murillo es que, viendo la salerosa gracia palmera del  niño transexualizado del mural, resulta imposible no pensar que los grafiteros involucrados no creían en absoluto en lo que les habían encomendado pintar.

 

En arte, como en literatura, el robo sólo es lícito si va seguido de asesinato. En el s. XXI, robar a Murillo y dejarle marchar con vida es sencillamente lamentable. Que tenga más sentido a nuestros ojos una obra del Barroco que un mural urbano actual resulta inconcebible. Pero es que los personajes de Murillo, aunque pertenecen a otra cultura y civilización, son humanos. Y eso tenemos en común con ellos. Mientras que los de la pared del Polígono Sur desbordan artificialidad y falsedad. Corresponden a un imaginario político igualmente falso y artificial que pretende imponerse desde el poder por razones espurias.

 

Para entender en su justa medida lo que es robar y asesinar en arte hay que ir al 'Inocencio X’ de Velázquez... y a Francis Bacon. (Alvaro Sánchez)

La corrección política y el arte se repelen (II)                                                                                                                            10-1-2017

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sevilla cuenta con numerosas zonas de pobreza y marginalidad. Entre ellas, el barrio Murillo, enclavado en el denominado Polígono Sur. La mayor parte de viviendas son de alquiler de protección oficial y se dice que si bien está habitado por unas 50.000 personas, sólo están empadronadas unas 30.000.

 

A algún político del ayuntamiento se le ocurrió que el barrio Murillo es muy adecuado para celebrar el cuarto centenario del pintor sevillano del s. XVII que presta su nombre al enclave. Y para ello se encomendó (y financió) a unos conocidos grafiteros, Opas, Theo Magma y Bonim, un gran mural con una versión reinterpretada de la conocida obra de Murillo ‘Tres muchachos’, que está en la Dulwich Picture Gallery de Londres. Durante el s. XIX el título de esta obra fue ‘El niño negro pobre’, por la supuesta actitud petitoria del muchacho y acorde con la corrección política de la época, para la que resultaba inimaginable que un negro tuviera mejor pasar que unos blancos; pero un vistazo a las ropas y los zapatos del negro frente a los pilluelos descalzos blancos, que sin duda habían robado la bolsa que contenía la empanada y la jarra, desmiente esta interpretación. Por otra parte, la actitud del negro parece ser más bien de exigencia de devolución que de petición. Los conservadores de la Dulwich Picture Gallery de Londres consideran que el negro podría ser el hijo de Juana de Santiago, esclava de Murillo en la época en que fue pintado el cuadro.

 

Pero ésta más reciente interpretación no ha llegado a los responsables políticos del mural, que han preferido trastocar sutilmente la obra original para que resulte más acorde con la corrección política actual, haciendo que el muchacho negro no pida, sino que toque la guitarra. El que esconde la empanada, convenientemente transexualizado en chica para cumplir la cuota de género, bate las palmas y el tercero, que en el original de Murillo trata de vaciar disimuladamente el bolsillo del muchacho negro, maneja ahora una caja sono-ra.  (Alvaro Sánchez)

La corrección política y el arte se repelen (I)                                                                                                                               9-1-2017

 

Decir que el arte paisaje, desde el land art o el sea art hasta el arte urbano, es una manifestación artística que reúne todas las condiciones para mostrarse rigurosamente contemporánea resulta una obviedad. Añadir que en ocasiones, raras ocasiones, podemos contemplar ejemplos de arte urbano realizado con un pie en un presente que no está bien analizado y otro en un pasado que no acaba de ser bien entendido hay que justificarlo. Porque implica que estamos hablando no tanto de mal arte, cuanto de arte mal definido. Es decir, de no-arte.

 

Además y sobre todo cuando se tiene una fuerte sospecha de que el problema no radica tanto en el punto de vista de los artistas urbanos involucrados como en el del mecenas que realiza el encargo y que consigue que prevalezcan sus deseos acerca del alcance de la obra. Mañana lo veremos en un Rincón ampliado para la ocasión.  (Alvaro Sánchez)

Definición de artes plásticas ( y V)                                                                                                                                                  7-1-2017

 

La globalidad del mundo real está actualmente mucho más penetrada de tecnología que las artes plásticas, que son una de sus partes constituyentes y no de las menos importantes. Presenta por tanto una disfunción el arte de hoy que afecta a su credibilidad en cuanto que tiene una carencia significativa, una falta de coherencia con el resto del mundo que contribuye a conformar. Es un descuelgue del arte que explica, si no totalmente, sí parcialmente la desorientación que caracteriza estas últimas dos décadas.

 

Posiblemente haya sido Jean-Michel Basquiat el último artista capaz de constituir con su obra un mundo en el que la tecnología no desempeña un papel esencial pero que resulta plenamente coherente con el resto de la realidad, a la que consigue redimensionar en la medida que sólo suelen lograr los grandes genios de arte. Ahora mismo obviar la tecnología en arte es imposible e incoherente. Técnica y conceptualmente.  (Alvaro Sánchez)

Definición de artes plásticas (IV)                                                                                                                                                     6-1-2016

 

La habitabilidad y la coherencia del universo creado por un artista o un grupo de artistas agrupados en un ismo se sostienen en su propia narración visual. El artista es un narrador que no utiliza un lenguaje, por más que la mayoría de teóricos del arte y otros tantos artistas empleen habitualmente la expresión “lenguaje artístico” o, más concretamente, “lenguaje pictórico”, por ejemplo. Pero, en puridad, el artista no utiliza un lenguaje, sino un código de señales, como ya expliqué en el Rincón en “¿Existe el lenguaje artístico?” (1-12-2016).

 

Ahora bien, la capacidad expresiva de un artista de talento es de tal índole y vigor que provoca visualmente en el espectador lo que en principio puede semejar un acúmulo (aunque luego resulta estar bien ordenado) de sensaciones emotivas e impulsos intelectuales acerca del aspecto o aspectos de la realidad sobre el que su mirada escrutadora de artista se ha posado y cuya analítica ha pretendido realizar.   (Alvaro Sánchez)

Definición de artes plásticas (III)                                                                                                                                                     5-1-2017

 

Son los artistas concretos en el ejercicio concreto de su arte, en su práctica profesional materialmente plasmada, los que construyen mundos sensiblemente detectables y mentalmente habitables que propician y satisfacen la experiencia estética del ser humano que se introduce visualmente (en ocasiones pueden intervenir otros sentidos, pero las artes plásticas son esencialmente visuales) en ellos y se enriquece mediante su conocimiento, un conocimiento que es en gran medida pasivamente participativo.

 

La condición fundamental que debe cumplir ese mundo creado por el artista para ser efectivamente habitable para la mente del espectador es la coherencia. Coherencia con el mundo real del que proceden tanto el espectador como el propio artista y, a la vez, coherencia consigo mismo, en una suerte de validez formalmente lógica que proporciona la credibilidad precisa para el autosostenimiento del nuevo mundo artísticamente creado y su encaje en el mundo real, al que incrementa.  (Alvaro Sánchez)

Definición de artes plásticas (II)                                                                                                                                                      4-1-2017

 

Si bien resulta más habitual plantear las definiciones explicando inicialmente los conceptos que entran en la definición y los motivos por los que en ella se incluyen, he preferido a la hora de elaborar la definición de artes plásticas presentar primero el enunciado de la misma e ir posteriormente desarrollando los conceptos que la nutren.

 

Y el primero que nos encontramos es multiverso. ¿Qué entiendo por multiverso en el contexto del arte? Obviamente, un conjunto posiblemente ilimitado de universos artísticos, de planos que constituyen la realidad fáctica y teórica estética. Planos compuestos por un incierto número de dimensiones, entre las que naturalmente figuran las tres espaciales más la temporal, pero a las que habría que añadir además otras de más compleja consideración que permiten, entre otras cosas, presentar una obra de arte en diferentes soportes manteniendo su unicidad, fundamento de las instalaciones.  (Alvaro Sánchez)

Definición de artes plásticas (I)                                                                                                                                                      3-1-2017

 

Las artes plásticas son un multiverso de relatos visuales expresados mediante los códigos de señales elaborados por cada artista. Los ismos artísticos constituyen los universos que conforman el multiverso total y el corpus de obra de cada artista de talento constituye un mundo, o varios que configuran un sistema si se trata de un artista de especial talento, en un universo concreto.

 

Hay que decir que, desde este punto de vista, nada se opone a que un artista de especial talento construya varios mundos y sistemas en diferentes universos: sería, por poner un ejemplo irrebatible, el caso de Picasso. Y tampoco nada se opone a que, procedentes de otros multiversos que en principio se podrían pensar distintos y distantes, obras y corpus de obras de otras disciplinas penetren en el multiverso artístico y lo amplíen por derecho propio: parece evidente que sería el caso de la arquitectura y los arquitectos, así como de manera más reciente es el caso de la tecnología.  (Alvaro Sánchez)

Arte e inteligencia artificial (y IV)                                                                                                                                              30-12-2016

 

Las obras de arte realizadas hasta  ahora por las IAs suelen presentar patrones de formas y colores, como puede verse en los vídeos que the zoombie ha incluido en digital & nets hace dos días. Sugieren la presencia de una mente artística que está experimentando posibilidades estéticas mientras va adquiriendo solidez técnica. Exactamente igual que lo haría un aficionado humano sin demasiado talento. Quizá sea precisamente esto lo más asombroso del proceder de las IAs: lo parecidas que resultan ser a la inmensa mayoría de nosotros.

 

Es posible que la falta de talento artístico de las IAs se resuelva en el futuro como en el caso humano: aprendizaje riguroso del dibujo y gran número de practicantes. Sólo quedará entonces un pequeño detalle que tendrá que abordar antes o después  la IA para constituirse como sujeto artístico: emprender la crítica de arte, la valoración estética de obras artísticas realizadas por otras IAs y, naturalmente, por humanos. Y comunicarlo.  (Alvaro Sánchez)

Arte e inteligencia artificial (III)                                                                                                                                                 29-12-2016

 

La clave del funcionamiento de la IA se encuentra en los algoritmos de aprendizaje que constituyen uno de sus elementos esenciales, que permiten el establecimiento de nuevas relaciones causales autónomas de las contenidas inicialmente en los programas. Realmente, la IA aprende a relacionar formas, colores o sonidos mediante la identificación y correlación de algunos de los aspectos cuantificables de estos. Con estos datos genera nuevos algoritmos que posteriormente aplica a otras formas o sonidos, a partir de los cuales construye sus propias creaciones.

 

Resulta muy significativo que los programadores iniciales de la IA ignoren los detalles del proceso interno de creación que experimenta la IA, de la misma manera que los investigadores del cerebro humano ignoran los detalles de los procesos creativos de éste. La autonomía del procedimiento garantiza la especificidad única de ambos procesos, tanto el de la IA como el humano.  (Alvaro Sánchez)

Arte e inteligencia artificial (II)                                                                                                                                                  28-12-2016

 

El advenimiento de la inteligencia artificial, que se va a desarrollar intensiva y extensivamente de manera muy acelerada, afectará a todos los ámbitos de la vida y el quehacer humano. Entre los que se cuenta, naturalmente, el arte. En casi todas las definiciones de arte que se han intentado (que no solían satisfacer del todo ni siquiera al autor) había una ausencia tan clamorosa como obvia: que es una actividad humana. No hacía falta ni decirlo. La creación y la valoración artísticas son tan propias y exclusivas de los humanos como las de imaginarios religiosos, las construcciones lógico-matemáticas o los viajes espaciales. En el universo conocido, sólo nosotros, llegados a la existencia hace algo menos de tres millones de años, podemos hacerlas.

 

Hasta ahora. Porque ya no estamos solos en el arte, como está demostrando el proyecto Magenta de Google Brain, creando una Inteligencia Artificial capaz de generar arte y música a partir de su propio aprendizaje autónomo. (Alvaro Sánchez)

Arte e inteligencia artificial (I)                                                                                                                                                   27-12-2016

 

Entre los aficionados a la astronáutica circula un chiste premonitorio:

 

-¿Cuándo llegarán los primeros humanos a Marte?

-Cuando un emprendedor grupo de robots dotados de inteligencia artificial inaugure el primer hotel.

 

Teniendo en cuenta el éxito que han tenido las expediciones robóticas de la NASA en Marte, realizadas por Spirit, Opportunity y Curiosity, pese a no disponer de inteligencia artificial, y relacionado con el hecho de que más del 90% de la carga útil de una nave espacial tripulada está destinado a la mera supervivencia de los humanos, el chiste merece ser tomado muy en serio. Sobre todo desde la demostración realizada el pasado marzo por AlphaGo, una inteligencia artificial creada por Google, en su enfrentamiento con el campeón mundial del complejísimo juego de go, el coreano Lee Sedol: 4 a 1 a favor de la IA fue el resultado final.   (Alvaro Sánchez)

Identificar formas, comprender la realidad (y III)                                                                                                              23-12-2016

 

El punto de vista de un artista sobre una representación, de lo que sea, se resuelve siempre en expresión. La expresión cobra protagonismo a lo largo del s. XX, haciendo la obra de arte cada vez más más hincapié en el cómo de lo mostrado que en lo re-presentado, que queda relegado a un segundo plano e incluso puede desaparecer por completo.

 

Con lo cual el planteamiento que yo hacía en 3-12-2016 (Vanguardias históricas) puede reformularse en análisis más fino de la manera siguiente: las vanguardias dejaron de ocuparse por la problemática de la expresión  de la forma y se volcaron en la problemática de la forma de la expresión.

 

Para acentuar aún más la expresividad, algunos artistas actuales insisten, con acierto, en lo que podríamos llamar transartividad, el recorrido de la misma obra por diferentes medios y técnicas. Es el caso de David Altmejd.  (Alvaro Sánchez)

Identificar formas, comprender la realidad (II)                                                                                                                     22-12-2016

 

El problema central del arte ha sido siempre la representación. El discurso de todos los artistas pivota, con mayor o menor deliberación, en torno a este eje. Ausencia, identidad, apropiación, exceder el marco físico o conceptual de la obra, por citar algunos elementos sustantivos del discurso artístico contemporáneo, tienen en común el problema de cómo representar por parte del artista su punto de vista sobre ellos y la realidad a la que se refieren.

 

Como en su día ocurrió con la perspectiva, la atmósfera o la impresión, el artista, radicalmente solo como sólo han estado siempre los artistas, se enfrenta al problema existencial: “¿Cómo diablos represento yo esto?” Y “esto” puede ser una cosa, una idea, una relación, una carencia, una persona o cualquier persona. Incluso puede no ser nada concreto, no ser más que la sombra de una idea, el esbozo de una expresión. (Alvaro Sánchez)

Identificar formas, comprender la realidad (I)                                                                                                                      21-12-2016

 

Lamentablemente hay demasiadas personas que por el hecho de identificar en un cuadro antiguo  la figura de un hombre subido a un caballo creen que entienden la obra mejor que una abstracción contemporánea, llena de manchurrones que cualquiera podría hacer sin despeinarse, en su opinión.

 

Sin embargo, lo verdaderamente grave de este hecho no es la ausencia de comprensión del objeto artístico, sino el proceso cognitivo en que se fundamenta y lo permite, proceso que lleva a mirar con los mismos ojos cualesquiera otros aspectos de la realidad contemporánea, ya sea un concurso de TV, las imágenes de un bombardeo sobre una ciudad lejana o los resultados de unas elecciones en otro país del entorno occidental. Y a pensar que se entiende lo que ocurre porque se identifica con cierta facilidad lo que se ve. (Alvaro Sánchez)

Enseñanza del arte                                                                                                                                                                        20-12-2016

 

En la enseñanza media la instrucción sobre arte y sobre historia del arte deberían estar bien separadas y realizarse mediante procedimientos diferentes para cumplir con objetivos distintos. Porque mientras que la historia del arte sirve para ampliar el conocimiento del pasado, el arte contemporáneo permite profundizar en la analítica del presente. Este último es, además de una herramienta de conocimiento, un mecanismo de transformación de la realidad. Conocer la historia del arte desvela la complejidad del pasado y sólo transforma al que amplía su conocimiento; conocer el arte contemporáneo desvela la complejidad de todo el presente y abre la posibilidad de transformarlo.

 

Contrariamente a lo que cree el común de la gente, todas las personas disponemos de más claves para entender el arte actual que para entender el que se realizó en el pasado, que constituye la historia del arte.  (Alvaro Sánchez)

Superación                                                                                                                                                                                       19-12-2016

 

Millones de niños de todo el mundo miran a LeBron James para imitarle. Miles lo conseguirán y decenas lo superarán. Dentro de veinte años será moneda corriente en la NBA lo que hoy hace único a LeBron. El vaticinio no tiene mérito, es lo que ha pasado con otros desde George Mikan hasta Michael Jordan: lo que les hacía únicos durante su carrera era normal en la NBA veinte años después.

 

Hay que sentar las bases para impulsar a los niños a contemplar con similares ojos a Picasso, a Malevich, a Duchamp; a Bacon, a Jasper Johns, a De Maria;  a Basquiat, a Lozano-Hemmer, a Altmejd;  a Gropius, a Niemeyer, a Zaha Hadid.

 

La solución es poner posters de obras de Basquiat y de Hadid junto a mates de LeBron y restos de Carolina Martín en las aulas de primaria. En veinte años de asumirlo con normalidad, los niños superarán a unos y a otras.  (Alvaro Sánchez)

Arte y política (y V)                                                                                                                                                                            17-12-16 

 

El problema no son los conceptos, como brexit o tea party. El problema tiene nombre y apellido, como en la Edad Media. Al siervo de la gleba no le oprimía el feudalismo, sino el Conde del Alto de Enfrente, perfectamente identificado. Al vasallo contemporáneo le oprime el banco de Santander o gasNatural Fenosa. Y sobre todo el gobierno y el parlamento, que dan cobertura legal a los expolios y participan directamente de ellos mediante impuestos confiscatorios que recaen principalmente sobre los más desfavorecidos. Y llegan en su ansia expoliadora a prohibir las transacciones en efectivo por encima de los 1.000 €, para que el dinero no esté en manos de los particulares, sino en la de los bancos.

 

¿Qué artista se atreve a representar en su obra las comisiones de un banco concreto o el recibo de  una compañía energética determinada? ¿Hay que comenzar a practicar el arte clandestino? (Alvaro Sánchez)

Arte y política (IV)                                                                                                                                                                          16-12-2016

 

Las mismas posibilidades tenemos los  súbditos de prescindir del nuevo señor feudal bancario o de comunicaciones y de no pagar más de la mitad de nuestro trabajo en impuestos que tenían de hacerlo los siervos de la gleba en la Edad Media: ninguna. Intente hacer la prueba. O, mejor, no lo haga. Tiene todas las posiblilidades de acabar en la cárcel. Como acababan los siervos del medievo que desafiaban al señor, en la mazmorra o en el cepo.

 

Hay artistas trabajando en este sentido, pero no me convence el enfoque de la mayoría de ellos. Porque, paradójicamente y en general, no van contra el sistema, sino contra la identificación dominante del sistema. Y, ¿qué pasa si la identificación dominante del sistema es errónea? Pues que entonces no tiran contra el sistema, sino que contribuyen a enmascararlo. Ejemplo: llamar neoliberal a lo que es viejoconsevador. Equivocarse de enemigo es garantía de derrota. (Alvaro Sánchez)

Arte y política (III)                                                                                                                                                                          15-12-2016

 

No acabamos de ser conscientes de la reestructuración social que se está produciendo ante nuestros ojos y que exige, para realizarse definitivamente, un retroceso en el estado de las libertades políticas y económicas. En definitiva, que nos encaminamos hacia un estado de excepción permanente y global, en el que ya estamos parcialmente introducidos.

 

Pero el trabajo del artista puede poner de manifiesto de manera lúcida y evidente, por mor de sus singulares capacidades analíticas y expresivas, algunos de los elementos que constituyen la nueva reformulación social que hace al hipotecado enfeudarse con el banco o al contribuyente trabajar más de la mitad del año para el estado. Porque el talento artístico se  puede manifestar señalando con dedo comprometido los puntos más conflictivos del discurso del poder. De todo poder, hay que decir: nadie que llega al poder está limpio.  (A. Sánchez)

Arte y política (II)                                                                                                                                                                            14-12-2016

 

En estos momentos hay confusión en el arte, como en la filosofía, como en la sociedad. La dialéctica democracia liberal-democracia proletaria se ha resuelto, sorprendentemente y por ahora, en una especie de neofeudalismo. El ciudadano ilustrado de la revolución burguesa y el híbrido teórico entre obrero especializado e intelectual colectivo de los socialismos reales han dejado paso a uno nuevo, no sabemos todavía si sujeto de la Historia, pero sí de momento sufrido protagonista de la misma, enfeudado a las grandes corporaciones y conglomerados económicos, a los oligopolios financieros, energéticos y de comunicaciones que, cual nuevos señores medievales, pugnan entre sí y con los estados tradicionales (que cada vez lo son menos) por ocupar un lugar privilegiado en la cadena alimentaria, mientras que sus vasallos, la inmensa mayoría, consumimos sus productos y servicios pagando más de lo que valen por su control del mercado. (A. Sánchez)

Arte y política (I)                                                                                                                                                                             13-12-2016

 

El artista es hijo y a la vez padre de su tiempo; de lo contrario lo que hace no es arte. Y este hecho, que sería una irresoluble paradoja en la mayoría de los planos de la realidad, no lo es en absoluto en el plano del arte. Tampoco hay que extrañarse demasiado por ello, no se encuentra el arte solo en esta sorprendente tesitura, sino que es algo que también ocurre, por ejemplo, en el ámbito de la mecánica cuántica, en la que el estado de una partícula puede a la vez ser causa y efecto del estado de otra.

 

Ello quiere decir, en el ámbito del arte, que el artista puede y debe generar obra que exprese las condiciones políticas, sociales, económicas o tecnológicas de su tiempo; pero, a la vez, puede y debe realizar interpretaciones de esas condiciones que anticipen, que muestren dónde nos pueden conducir esas mismas condiciones.

Shirin Neshat                                                                                                                                                                                  12-12-2016

 

El texto que no puede ser leído; el arma que no puede ser utilizada; la voz que no puede ser escuchada; el sexo que no puede ser realizado; la risa que no puede ser reída.

 

El arte de la iraní Shirin Neshat es el resultado de la hibridación de cuatro culturas: la persa prerrevolucionaria, en la que transcurrió su infancia y adolescencia; la occidental estadounidense, que corresponde a sus años de juventud y su presente; el integrismo islámico chií que la obsesiona y al que ha viajado con frecuencia y, última y menos intensiva, la extremooriental que le corresponde como consorte de coreano.

 

En estos momentos el arte no tiene capacidad de transformar la realidad de la que forma parte, pero el resto de la realidad sí tiene capacidad para frenar el desarrollo del arte y reducirlo a la servidumbre. Y es lo que está pasando. (Alvaro Sánchez)

Propuesta: pintar un polígono industrial                                                                                                                               10-12-2016

 

Acción que llevaría a cabo un número importante de artistas urbanos, encargándose cada uno de ellos, con su equipo, de una nave. La propuesta se podría hacer a una Cámara de Comercio e Industria, que la llevaría a sus asociados de polígonos para localizar interesados. Sería imprescindible que una amplia mayoría de empresas del polígono participara.

 

El coste de la operación se repartiría entre la empresa propietaria de la nave, que adquiriría así la obra; la Cámara de Comercio, como servicio a sus asociados y, principalmente, una cadena de televisión o agencia de noticias, que filmaría el ¿cómo se hizo? y tendría los derechos para explotarlo comercial y publicitariamente. La acción se realizaría en un fin de semana.

 

¿Artistas urbanos interesados en ponerlo en marcha? Desde arterritory.net nos comprometemos a colaborar. (Alvaro Sánchez)

Arte paisaje                                                                                                                                                                                        9-12-2016

 

Para intervenir en el paisaje con sentido hay que efectuar una analítica en profundidad del mismo mediante una interacción radical que, inevitablemente, realiza la apropiación que pretende poner de manifiesto. Los artistas del paisaje realizan cirugía invasiva, masiva y destructiva, que normalmente requiere de periodos prolongados de tiempo para hacer desasarecer las secuelas y cuya observación constituye parte sustancial de la obra. Pero los aragoneses Almalé y Bondía han inventado un proceso para poner en evidencia la apropiación del paisaje de la manera más efectiva sin necesidad de intervenir destructivamente en el mismo y, por tanto, sin incurrir en contradicción. Lo que ellos realizan, por comparación, es sutil cirugía láser que apunta al centro neurálgico del asunto que les interesa, tan radical en la solución como inofensivo para el paisaje, que sigue siendo incluso durante su intervención sustantivamente autónomo. (Alvaro Sánchez)

Arte paisaje y minimalismo                                                                                                                                                          8-12-2016

 

Los límites de los códigos de señales artísticos de los diferentes ismos que configuran la actualidad plástico-visual son todavía los que dejaron establecidos las principales vanguardias históricas: el expresionismo, el cubismo, la abstracción, el surrealismo y, fundamentalmente, el dadaísmo, que las aglutinó a todas por vía de negarlas, constituyéndose en afirmación mediante doble negación. Si bien se examina, todo el presente artístico, con dos excepciones en mi opinión, se encuentra ya planteado en términos positivos o negativos por el dadaísmo. Las dos excepciones son el arte paisaje (land art, en el que incluyo el arte urbano) y, parcialmente, el minimalismo; este último, por su vinculación con el zen y determinados aspectos de la cultura oriental, plantea un particular problema de análisis. En cuanto al land art, la escala limita su práctica monumental. Hay que desarrollarlo más. (Alvaro Sánchez)

Curadores, comisarios, conservadores                                                                                                                                      7-12-2016

 

Nunca he llevado bien la utilización de la palabra “curador” aplicada al arte, barbarismo que se origina entre hispanoparlantes del otro lado del Atlántico como resultado de traducir mal el inglés “curator”. Y temo que lo llevaré cada vez peor, a la vista de que se va incorporando paulatinamente en los textos sobre arte redactados a este lado. Cuando lo leo no puedo evitar pensar en chamanes, sanadores, imposición de manos, sangrías, ventosas y cosas semejantes propias de un ejercicio de la pseudo-medicina o de muchos siglos atrás.

 

¡Con la precisión que tienen y lo bien que suenan las expresiones “conservador del museo” o “comisariar la exposición”! Y, por cierto, nada se opone a decir “La conservadora del Museo X comisaría la exposición Y”. Palabras diferentes para expresar hechos distintos implica mayor riqueza del lenguaje. Y, por lo tanto, del pensamiento. (Alvaro Sánchez)

Constructo                                                                                                                                                                                          6-12-2016

 

Es una escultura pequeña, de unos cuarenta centímetros en su dimensión mayor, el ancho. De alto y fondo, unos centímetros menos. Construida con numerosos rectángulos metálicos de diferentes tamaños, atornillados y encajados en precisos ángulos rectos, provista del sentido que proporciona el propio ensamblaje. Algunas finas varillas también metálicas, a modo de tirantes, unen de manera aleatoria los rectángulos, entrecruzándose, contrastando su delicadeza con el grosor y las superficies planas perfectamente terminadas de los rectángulos. Es una construcción con precisión de fresado que aúna la maestría del obrero especializado con la capacidad creativa del artista; y es, como no podía ser de otra manera, constructivismo puro y duro. De Fernando Jesús. Realizada en los años sesenta del pasado siglo. No me canso de contemplarla todos los días al entrar en mi despacho: siempre aparece un matiz, una sombra, un ángulo nuevo. (Alvaro Sánchez)

Arte vs. historia del arte                                                                                                                                                                5-12-2016

 

El arte, o es rigurosamente actual o no es arte, sino historia del arte. Es más, el buen arte debe tener un pie en el presente y otro en el futuro, como hacen quienes debieran ser sus correligionarias, la ciencia y la técnica; y para ello debe plantear problemas o dar respuesta a problemas anteriormente planteados de nuestro entorno espaciotemporal en el ámbito que le es propio, es decir, el plástico y visual. Como hacen la ciencia y la técnica en los suyos respectivos. Por esta razón y de manera inevitable, la próxima revolución artística generará una nueva contemporaneidad analítica e interpretativa, un nuevo paradigma estético, cuyos fundamentos sin duda alguna serán digitales y tecnológicos tanto como artísticos. Desplazando al arte anterior, el de hoy, a la condición de historia del arte. (Alvaro Sánchez)

Vanguardia: paradigma artístico                                                                                                                                                             3-12-2016

 

La contemporaneidad en el arte se construyó en los albores del s. XX a partir de una transformación radical de los planteamientos e intereses de los artistas que la protagonizaron. En plena sintonía con el mundo en rápida transformación que les tocó vivir, y mirando descaradamente hacia el futuro por encima de un presente que en un suspiro era ya pasado, dejaron de ocuparse por la problemática de la representación de la forma y se volcaron en la problemática de la forma de la representación. Crearon un nuevo mundo en el ámbito artístico que se encontraba en completa resonancia y absoluta coherencia con el resto de manifestaciones de la realidad, desde las políticas y sociales hasta las científicas y técnicas; desde las económicas y colectivas hasta sicológicas e individuales. (Alvaro Sánchez)

¿Es arte todo lo que reluce?                                                                                                                                                          2-12-2016

 

Son ya demasiadas las veces que me he mordido la lengua para no decir a un artista plástico que quizá se haya equivocado de profesión y que puede que lo suyo sea más bien la literatura. Cuando Joseph Kosuth presenta en 1965 su instalación ‘One and Three Chairs’ (‘Una y tres sillas’), heredera directa de la ‘Fountain’ de Marcel Duchamp, la tercera silla, es decir, el texto que la describe, no es literatura. Es un detalle de una obra de arte. No es una explicación de una obra de arte, sino un elemento constitutivo de la misma que consiste en una descripción. Deberían tenerlo presente hoy algunos artistas que creen necesario explicar o complementar su trabajo con largos textos, olvidando que la obra de arte se explica sola en el acto de mostrarse. Y si no lo hace, malo: no es buen arte. (Alvaro Sánchez)

¿Existe el lenguaje artístico?                                                                                                                                                                 1-12-2016

 

Diferencia esencial entre lenguaje y código de señales: el primero establece un perímetro de la visión del mundo más definido que el segundo. El lenguaje tiene unos requerimientos de amplitud léxica, precisión significante y articulación lógico-gramatical muy superiores a los del código de señales, requerimientos que las artes plásticas y visuales, por su propia naturaleza, no pueden ni deben cumplir. Así, como lo que hay en el ámbito artístico es código de señales y no lenguaje, quedan demarcados unos límites indefinidos y borrosos, en los que precisamente radica la indeterminación y la inaprensibilidad del arte; en definitiva, su grandeza. La indeterminación que tan negativa resulta para la ciencia, la técnica o la filosofía es la bendición posibilitante del arte. (Alvaro Sánchez)

¿Picasso al Prado?                                                                                                                                                                          30-11-2016

 

No debe ser una decisión administrativa. Tienen que ser los artistas de hoy los que obliguen a enviar al genio malagueño al museo del Prado, junto con todas las vanguardias históricas. Y lo harán el día en que acumulen proyectos artísticos que supongan un cambio real de paradigma estético. Es posible que sea la vinculación de arte y tecnología la que marque el camino a seguir para que conviertan en academia lo que hasta ese momento era contemporaneidad.

 

¿Por qué no ocurre todavía? ¿Por qué los artistas del presente continúan transitando más de un siglo después por los parámetros que las vanguardias históricas establecieron al romper ellos mismos con la academia anterior? (Alvaro Sánchez)

arte contemporáneo

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