Miguel Aguirre

Blancas juegan y ganan

 

La geometría del salto de caballo y otras alambicadas estrategias de poder

 

                                                                                                                     Alvaro Sánchez

                                                                                                                           2-12-2014

 

 

Que el pintor y fotógrafo Miguel Aguirre (Lima, Perú, 1973) gusta de enfrentarse, y de enfrentarnos, con los aspectos más acuciantes de la actualidad política, no es ninguna novedad: viene haciéndolo a lo largo de toda su carrera y no permite a quienes siguen con interés su esforzado trabajo ni un momento de respiro. Y con toda la razón, por otra parte, porque los problemas sociales, políticos, estaban y están ahí y tienen, con demasiada frecuencia, nombres y apellidos. Nombres y apellidos que identifican a personajes políticos que se contemplan diariamente en las páginas de los periódicos y en las pantallas de la televisiones, mientras despliegan ante los ojos del mundo su estrategia de poder.

 

El artista acude por tercera vez a la galería madrileña Pilar Sierra, tras su primera exposición In Memoriam, en 2008 (aunque entonces era la Galería Estiarte), y tras su Otoño, verano, invierno, precisamente en el otoño de 2011, ya con la denominación actual de la galería.

 

Pero viene con novedades. Y sin duda radica la principal novedad de los óleos de la muestra actual de Aguirre en una geometrización forzada de la representación, obtenida mediante el expediente de formar dípticos de irregular tamaño y disposición, lo que le permite destacar aspectos, actitudes e incluso elementos aparentemente irrelevantes que la mirada del espectador tiene que recorrer obligadamente siguiendo la trayectoria del salto de caballo del ajedrez. Descubriendo, al finalizar la misma, que esos aspectos, actitudes y elementos desempeñan un papel esencial en la representación de la dinámica de las estrategias de poder que el ajedrez simboliza mejor que ningún otro juego.

 

El artista peruano consigue con esta técnica un impacto visual similar al que se podría conseguir mediante una técnica expresionista, pero sin necesitar recurrir a las deformaciones y resaltados característicos de esta última: así que, en lugar de desbordar los límites de lo representado, redibuja el marco que lo contiene, aislando lo esencial y prescindiendo expeditiva, directamente de lo que no lo es, con operativa similar a la del cómic.

 

Más acorde con la trayectoria pictórica de Aguirre resulta la proyección pictórica que hace de lo fotográfico y, específicamente, del retrato fotográfico. Traslación de la realidad, por tanto, mediada por la fotografía, filtro que le permite realizar una proyección simplificada al extremo, en algunos casos rayana con la caricatura, como se puede apreciar en especialmente en los rasgos de la Presidenta argentina y en los de Kim Jong II y sus acompañantes.

 

Lo que queda tras Blancas juegan y ganan es el poder, que siempre gana.

 

Resulta curiosa la introducción en los títulos de las obras expuestas de algunos símbolos de los utilizados para comentar las partidas de ajedrez, lo que podría llevar a plantear un análisis de estos títulos, de la misma manera que se puede hacer un análisis de las obras. Pero lo dejo para mejor ocasión, y en su lugar, para aquellos que no son expertos en este tipo de notación internacionalmente utilizada, traduzco al final del título del cuadro el símbolo que lo precede:

 

? (Cristina Fernández en la Bolsa de Buenos Aires), 2014. Mala jugada

 

∞ (Obama y su mujer visitaron al Papa Benedicto XVI), 2014. La posición es poco clara.

?! (El dictador Kim Jong II ante una efigie de su padre), 2014. Jugada débil

!! (Margaret Tatcher y Ronald Reagan, en la Casa Blanca en Washington), 2014. Excelente jugada.

 

?! (El escritor y disidente chino Liu Xiaobo durante una entrevista en Pekín), 2014. Jugada débil.

 

 

 

Galería Pilar Serra.

Santa Engracia, 6. Bajo Centro. Madrid.

Hasta el 11-1-2015.

 

Imágenes cortesía de Miguel Aguirre y Galería Pilar Serra.